Construir el futuro desde la complicidad

El DIARIO DE LEÓN cumple 115 años y en su cita diaria desde aquel 3 de febrero del año 1906, festividad de san Blas, ha sido y es, camino de su segunda centuria, testigo fiel y reflejo ciudadano de los leoneses, de los avances y transformaciones habidos, de las aspiraciones y anhelos pendientes de la sociedad, de aquellos proyectos y retos aún no alcanzados que en algún momento se harán realidad.

En su cita diaria de informar con veracidad y honestidad, con un registro de más de 51.000 números en su haber, el DIARIO DE LEÓN es reflejo auténtico de lo que ocurre en cada momento. A su cabecera, a la derecha de sus inconfundibles letras góticas, se han añadido los iconos de las nuevas vías de comunicación que han traído consigo las redes sociales. Los perfiles del periódico en Instagram, Facebook y Twitter son nuevos canales para hacer llegar más fácil la información a las generaciones más jóvenes, aquellos nacidos en plena era digital, en la continua expansión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. 

En las efemérides destacadas siempre es bueno hacer una pausa y echar la vista atrás, comprobar que las cosas no cambian, que los que cambiamos somos nosotros, las personas. El propio almanaque del DIARIO DE LEÓN nos manifiesta cómo hemos evolucionado y el ritmo de los cambios, en ocasiones con buenas noticias y otras, no tanto. Cada tiempo tiene su afán y en estos momentos tan difíciles que atravesamos como consecuencia de casi un año ya de esta maldita pandemia se me hace complicado escribir de otra cosa que no sea acerca de tener fe y esperanza, en la creencia plena de que salir de esta situación va a ser posible gracias a una vacuna eficaz que nos devuelva la normalidad robada.

Durante mi trayectoria pública al frente de la ciudad, pero siempre como un leonés más, tuve la suerte de comprobar cómo en muchas ocasiones mis proyectos, mi afán por aquel Hacer León eran coincidentes con las reivindicaciones recogidas en las páginas de este periódico. De la misma manera que tal día como hoy, 115 años atrás, la corporación que presidía Tomás Mallo debatía sobre el futuro Ensanche de la ciudad o sobre la plantación de árboles ornamentales en La Condesa, hoy el DIARIO DE LEÓN nos informa sobre las obras en calles y céntricas avenidas, nuevas zonas de expansión comercial y urbanística o la necesidad de ampliar suelo industrial para crear empleo. Han pasado los años pero ahí siguen vivos algunos de nuestros anhelos por un León mejor, más próspero. Tras Tomás Mallo, otros muchos alcaldes tomaron las riendas de la ciudad. Y otro tanto sucedió con el primer director del DIARIO DE LEÓN, Eloy Blanco del Valle. Todos ellos fueron testigos de la crónica diaria que hizo León. Quiero por ello recordar en la persona de su actual director, Joaquín S. Torné, a todos los directores que han sido, a los editores y profesionales del periodismo que han hecho posible y hacen realidad cada día la importante función de servicio público de la información. Y entre los que tengo la suerte de conservar grandes amigos. 

El DIARIO DE LEÓN, como un miembro más de la familia leonesa, forjó hombres y mujeres implicados en el devenir de la ciudad, que como los irrepetibles Antonio González de Lama, Lamparilla o Victoriano Crémer fueron memoria viva del periodismo leonés.

De la misma manera que en aquel inicio de febrero de 1906 se debatía acaloradamente en el contexto de una pluralidad de formaciones políticas que se valían de sus propias cabeceras periodísticas para reivindicar sus ideales, hoy disfrutamos de una democracia con similares tendencias políticas en lo fundamental y parecido número de siglas. Se discute a veces con similar ardor, y el periódico es reflejo de todo ello, convirtiéndose, igual ahora que antes, en foro de debate, de opinión, reflexión, de las distintas ideas sin olvidar nunca el valor de la concordia.

En la actualidad, los debates sobre el futuro de León se centran en la necesaria ampliación de suelo industrial, tecnológico y logístico, en proyectos como el de la plataforma de Torneros, en los nuevos desarrollos urbanísticos y comerciales, en seguir recuperando el patrimonio y potenciar el turismo y los servicios, en el impulso a las potencialidades del Incibe, en la creación de nuevas oportunidades, en hacer de León una gran capital de congresos, en la extensión de internet en el medio rural… Todo lo cual, sin duda, debe servir de acicate para combatir la despoblación. 

Estoy convencido de que esta es la línea a seguir. Echando la vista atrás, sin ningún afán de reivindicación, recuerdo que en las etapas en que tuve el honor de ser alcalde, llevamos a cabo grandes proyectos en materia de recuperación de entornos patrimoniales, proyectos medioambientales, infraestructuras para atraer el turismo y avanzar como ciudad de servicios y grandes eventos, dotando a León de infraestructuras de todo tipo como el Musac y el Auditorio, entre otras, así como con la creación del Parque Tecnológico o la ampliación de suelo industrial. La consecución de distintos fondos europeos nos ayudó a hacer realidad aquel empeño y hoy, precisamente, esa posibilidad se vuelve a abrir a León.  Pero confieso que me siguen gustando más los sueños del futuro que la historia del pasado. Sigo pensando que el futuro pasa por seguir fortaleciendo las potencialidades de León. Y no se trata de competir con otros, debemos reivindicar lo nuestro y no caer o recurrir al victimismo por sistema, sino de ser pioneros en ámbitos concretos. 

En esta línea, en mi actual condición, me permito apuntar, como señala un reciente informe en materia de despoblación, que hay que tener en cuenta la especificidad de las distintas zonas de la Comunidad y considerar que la ejecución de proyectos piloto en diferentes áreas puede ser la base que permita medir la eficacia de las iniciativas que se adopten. Es decir, es necesario generar estrategias de futuro, impulsando planes piloto adaptados al carácter singular de cada territorio.

León debe profundizar en sus propias y grandes posibilidades y potenciarlas en torno a proyectos que conciten el apoyo y complicidad de todas las administraciones. Los aumentos de población van unidos a la generación de nuevas oportunidades económicas y mientras estas no lleguen, León se verá afectado. Hacen falta planes específicos, concretos y culminar objetivos largamente ansiados. En su condición centenaria de foro de opinión y debate, el DIARIO DE LEÓN seguirá siendo expresión de todo ello. Reflejo de nuestros éxitos y anhelos.