Diario de León

Ernesto Getino De la Mano, presidente del Colegio de Mediadores de León y del Consejo de Colegios de Mediadores de Seguros de Castilla y León

Hacia una cultura del emprendimiento

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Nuestra provincia es una de las más grandes de España y está encuadrada en la comunidad autónoma de Castilla y León, pero sus raíces se remontan hacia el año 29 a. C., cuando se instala por aquí la Legio romana VI Victrix, en las terrazas de los ríos Bernesga y Torio. Ese momento arranca nuestra historia, pero creo que en esta oportunidad que brinda el DIARIO DE LEÓN, en su 115 aniversario, es más interesante referirnos al momento actual.

Desde nuestra institución y en lo relativo a los efectos económicos y sociales veo una transformación de toda la provincia con un impacto muy profundo. Hemos pasado de los minifundios a los latifundios, entre comillas, pero lo cierto es que la agricultura se ha transformado en mayores extensiones, que la desarrollan empresarios con una maquinaria mucho más potente y de más eficiente a la hora de generar la explotación del campo. Todo esto se traduce en un rendimiento mayor y unos beneficios para quienes la explotan, no viéndose repercutidos los efectos en la población. Es necesario concienciarse de que estamos encuadrados en la Unión Europea a través de España, un mercado de más de 350 millones de personas y 27 países. La dimensión que este mercado proporciona a las empresas es para tener en cuenta. León se encuentra en el epicentro del noroeste de la península Ibérica, su enclave es primordial en materia logística, cuestión que no se ha aprovechado de forma eficiente y esto es otra carencia más que nuestra provincia tiene. La riqueza paisajística, cultural y monumental repartida por toda la provincia es otra fortaleza a la que es necesario dar un fuerte impulso para poder desarrollar nuestra economía.

Desde que se cerraron las minas, esta provincia se ha ido quedando en el conformismo y la resignación. Una provincia que bien podría ser una autonomía a los efectos del ordenamiento territorial. Los leoneses somos personas muy tranquilas y poco emprendedoras, somos más ejecutivos y directivos que empresarios, y esta forma de ser es la causa de que nuestra provincia no tenga el lugar económico que se merece. Hablamos mucho, hacemos poco y sobre todo no tenemos el espíritu de la inversión y de asumir el riesgo para alcanzar el éxito. A lo largo de los tiempos muchas personas ilustres se han ido de nuestra provincia a triunfar fuera de ella y yo me pregunto ¿por qué no han tendido el coraje de emprender en nuestra tierra? Cada uno de nosotros nos debemos de preguntar ¿qué puedo hacer para que mi provincia tenga el desarrollo económico, cultura y social, que se merece? Somos un pueblo muy individualista, no tenemos la iniciativa que otras provincias de España tienen, y lo peor es que siempre pensamos que lo de fuera es mejor que lo que tenemos en casa. Actualmente, sin la unión y el esfuerzo no se consigue nada. El mal endémico que padece nuestra provincia está en el ADN de cada uno de nosotros. Si cada persona, solamente con que diera pequeños pasos hacia el inconformismo, estoy convencido que en un momento dado se alcanzaría un enorme avance y la sociedad tendría su recompensa.

La riqueza paisajística, cultural y monumental repartida es una fortaleza a la que necesitamos dar un fuerte impulso para poder desarrollar nuestra economía

En el campo educativo, nuestra formación en todos los ámbitos se encuentra a unos niveles muy aceptables. Es la hora de inculcar desde la Universidad una enseñanza proactiva y emprendedora, porque solamente así podremos alcanzar la transformación necesaria para que se nos ubique en el panorama español. Se necesita tener una mayor interacción entre las instituciones, las empresas, la ULE y los ciudadanos. Estamos en un letargo invernal. La nueva sociedad a nivel mundial nos va a arroyar si no somos capaces de subirnos al tren de la tecnología, la inteligencia artificial, la robótica, la salud y los cuidados sociales de la tercera edad entre otros. En esta provincia tenemos grandes artesanos que se han perdido. Fuera de nuestro territorio la calidad del trabajo de los artesanos está muy valorada. Creo que tenemos el deber de fomentar entre los jóvenes la posibilidad de una formación que pueda ser sostenible y al mismo tiempo rentable. Los oficios son tan necesarios como respirar y no los estamos contemplando como una alternativa para que nuestros jóvenes se afinquen en nuestra tierra.

Las posibilidades que nos brinda internet y las comunicaciones no se están aprovechando para crear riqueza y fijar población. Desde mi punto de vista, estamos ciegos o no queremos ver. Las oportunidades pasan una sola vez y la pandemia del covid-19 nos ha dejado un poso para pensar y analizar el día a día. Muchos negocios están sufriendo y es la hora de reinventarse y de hacer las cosas de forma diferente. En León hay mucho ahorro, poca inversión y una población que cada día envejece más. Nuestros jóvenes tienen que marcharse a otras provincia o países a encontrar su modo de vida. Pensándolo bien, creo que tenemos mucha culpa, cada uno de nosotros, por no poner remedio a esta situación. Pero quiero despedirme con un ¡viva León¡ .

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