Diario de León

Abonos a la carta

MENOS NITRATOS. Una vocación histórica de crear los abonos que necesita cada agricultor y la apuesta por la modernización tecnológica y la investigación de la mano de multinacionales punteras ha llevado a Ferticer Leonés a comercializar una nueva generación de productos para mejorar el campo

Rodrigo de la Mata. JESÚS F. SALVADORES

Rodrigo de la Mata. JESÚS F. SALVADORES

León

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El convencimiento de que cada terreno y cada cultivo necesita una combinación precisa de componentes para dar su mejor rendimiento está en el ADN de Ferticer Leonés. La apuesta por la investigación y la colaboración con multinacionales punteras en el sector (como Haifa) y el esfuerzo inversor para poder ofrecer a los agricultores abonos de última generación a la carta es la base del futuro en el que en los últimos tres años se ha asentado la empresa leonesa, con una inversión en su planta de Villamañán que no sólo permite conseguir mejores producciones y rentabilidades a los agricultores, sino que se alinea con la cada vez más necesaria tendencia a la menor contaminación posible de suelos, aguas y entornos a través de los abonos. Su última propuesta, validada en las pruebas realizadas en el Centro Tecnológico Agrovet, pone en el mercado abonos compuestos con mezclas personalizadas (blending) que han mostrado su eficacia sobre todo en tres cultivos característicos de la provincia: la alubia, el maíz y el lúpulo.

En 2008 Rodrigo de Mata Ugidos, apenas cumplidos los 21 años, tuvo que hacerse cargo del proyecto empresarial familiar por la muerte de su padre, Francisco de Mata. «Él siempre había sido un fanático de los abonos compuestos, los mezcla Blending, porque estaba convencido de la necesidad de profesionalizar los procesos de fertilización a través de la creación de abonos a la carta. Lo que no sólo permitía mejores rendimientos, sino un importante ahorro a los agricultores».

Ferticer Leonés es una empresa familiar que dio sus primeros pasos en 1986, ya centrada en las propuestas de fertilizantes para el campo leonés. Comenzó con un pequeño almacén en Matadeón de los Oteros, donde los agricultores compraban sus abonos en sacos.

El estudio pone de manifiesto la utilidad de la nueva herramienta de fertilización de la que disponen los agricultores,un abono complejo no convencional que se mezcla según las necesidades de cada cultivo y terreno

Poco después, en 1992, decidieron hacer una apuesta empresarial por el crecimiento y la especialización y compraron unas instalaciones más grandes en Villamañán. «Fue la decisión de ampliar el negocio, y ahí es donde hemos ido creciendo. Tenemos la planta de mezcla, secadero, oficinas,...», explica Rodrigo de Mata. También conservan las instalaciones de Matadeón.

«Tras la desaparición de mi padre decidimos seguir su filosofía, su apuesta por los abonos compuestos. Y en 2017 dimos un salto importante al invertir en cambiar nuestas instalaciones y dotarlas de las últimas tecnologías en maquinaria de elaboración de este tipo de Blending, en maquinaria de mezcla. Lo que tenemos a día de hoy es una infraestructura que ha mejorado sustancialmente la fabricación de las materias primas de los abonos, y un sistema de elaboración de éstos que permite que su reparto sea muy uniforme en el campo».

El control de las deficiencias en microelementos permite reducir la aparición de enfermedades. JESÚS F. SALVADORES

La empresa, señala De Mata, está «muy concienciada con todos los cambios que está viviendo el mundo de la fertilización en el campo. No sólo mantenemos e incrementamos nuestra apuesta por los abonos a la carta, sino que trabajamos con empresas que son punteras en tecnologías relacionadas con este cmpo.. Y eso permite que los productos que ofrecemos al agricultor sean tan eficientes como cualquier abono complejo. Somos capaces de fabricar cualquier equilibrio posible de nutrientes que requiera cada uno de nuestros clientes, de forma personalizada. Y ajustarnos a sus necesidades de cultivo, terreno,...».

Una propuesta que ha sido validada en las pruebas que se han realizado en el Centro Tecnológico de Agrovet. El avance se produce en los abonos denominados Blending, una formulación que según los investigadores «se obtiene mediante la mezcla de varias materias primas inorgánicas y orgánicas, que dan como resultado un abono compuesto cuyos elementos fertilizantes están totalmente adaptados a las necesidades del cultivo». Un tipo de abono que ha tenido reticencias durante sus primeros años de desarrollo, porque inicialmente se realizaba con una mezcla de nitrógeno, fósforo y potasio. «Es decir, un abono complejo NPK no convencional, que no conseguía una distribución uniforme de los diferentes elementos tras su aplicación sobre el terreno».

La reducción de las pérdidas de nitrógeno minimiza la contaminación medioambiental e incrementa el rendimiento de los cultivos

Frente a estos problemas, el desarrollo de los nuevos sistemas de fabricación y «la aportación de protocolos de fabricación derivados de la investigación por parte de la multinacional de fertilizantes Haifa han permitido a Ferticer Leonés fabricar abonos a la carta con la misma eficacia que los abonos complejos. Y que permite una distribución uniforme de todos sus componentes de la mezcla durante su aplicación sobre el terreno».

Según explican desde el Centro Tecnológico Agrovet, donde se han realizado los ensayos, «la principal ventaja es que la formulación del abono se realiza basándose no sólo en las necesidades teóricas del cultivo, sino en las características del terreno». Como se han puesto en manifiesto en los ensayos que se llevaron a cabo con tres tipos distintos de abono, aplicados sobre tres cultivos característicos de León: alubia, maíz y lúpulo. «Atendiendo a las deficiencias nutricionales en micronutrientes que presentaron los suelos de las parcelas de ensayo, y las necesidades en macro y micronutrientes de los tres cultivos seleccionados». Tras el análisis de suelo de las tres parcelas «se determinaron los microelementos necesarios a corregir». Entre los que se evidenciaron como «muy importantes» calcio, magnesio y zinc en el caso de la alubia; zinc, boro y azufre en el maíz y zic, boro y magnesio en el lúpulo.

En los ensayos llevados a cabo para desarrollar la nueva generación de abonos se llevó a cabo también la mejora en la reducción de las pérdidas de nitrógeno durante el cultivo, «puesto que la tecnología con abono de liberación controlada CoteN de la multinacional Haifa permite liberar el nitrógeno a demanda del cultivo, lo que minimiza la contaminación del medio ambiente». A la vez que permite incrementar el rendimiento de los cultivos, «al disponer siempre de nitrógeno y demás elementos a demanda. Y eso permite a su vez reducir el exceso de abonado que se realiza de forma tradicional.

El estudio se ha realizado a lo largo de dos años en el Centro Tecnológico Agrovet, en los que «además se han documentado otros factores determinantes en la mejora del rendimiento en los cultivos. «Al controlar las deficiencias en microelementos se ha conseguido reducir la aparición de enfermedades». Es el caso, por ejemplo, de la alubia, en la que la aplicación de la mezcla química con micoroorganismos reduce «muy significativamente las enfermedades fúngicas o bacterianas. O en el caso del lúpulo, donde obtiene resultados muy satisfactorios con el Fusarium».

Estos efectos sobre los cultivos se deben a la mejora en los mecanismos de defensa naturales de las plantas, que son estimulados «por determinados microelementos y los microorganismos que se pueden adicionar a la mezcla durante la fabricación. Y también al incremento en la capacidad fotosintética del cultivo, reduciéndose los períodos críticos de los mismos». Todo esto repercute en un incremento del índice de vegetación de diferencia normalizada en todos los ensayos frente a los controles establecidos, lo que justifica el incremento de la producción».

 

Info

Más de 15 materias primas diferentes

Ferticer Leonés cuenta para la elaboración de sus abonos compuestos personalizados con más de 15 materias primas diferentes, que permiten la elaboración de compuestos específicos. Los agricultores aportan las analíticas de sus suelos, y «con esos datos elaboramos un compuesto adaptado a sus necesidades». Un producto que puede ofrecerse a granel o en sacos de 25 kilos.

Tres cultivos leoneses

Los ensayos realizados en el Centro Tecnológico de Agrovet se han realizado sobre tres cultivos característicos leoneses: la alubia, el maíz y el lúpulo. Y no sólo han tenido en cuenta las necesidades teóricas del cultivo, sino las características del terreno, para detectar sus deficiencias en micronutrientes y hacerles frente. 

Menos pérdidas de nitrógeno

La tecnología con abono de liberación controlada Coten, que tiene la multinacional Haifa, permite liberar esta sustancia en función de las demandas del cultivo, lo que minimiza la contaminación del medioambiente y a la vez incrementa el rendimiento de los cultivos. Con la ventaja de que se evita el exceso de abono que se da tradicionalmente.

 

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