Los ángeles de la guarda de la brigada de I-DE de Iberdrola

«Cuidar y garantizar el buen estado de las líneas eléctricas y estar siempre alerta ante cualquier imprevisto». Esa es la labor principal de la brigada de i-DE de Iberdrola en la provincia leonesa. Raúl González, encargado de la brigada, recuerda que las condiciones meteorológicas en las que trabajan —sobre todo en invierno— son muy duras. «Por la orografía de la zona, aparte de las condiciones meteorológicas, se añade que los tendidos eléctrico discurren  por la montaña, lejos incluso de los caminos forestales y en ausencia de cobertura telefónica, lo que hace que las intervenciones tengan que realizarse a pie en muchos casos. Las dimensiones de las instalaciones han crecido en línea con los consumos, antiguamente se decía que no había incidencia que no se arreglara con un alicate y un poco de alambre, ahora esto no es así, las dimensiones de los conductores y el esfuerzo de los apoyos hace que las resoluciones sean más inusuales, pero mucho más complejas».

Por otro lado, «las incidencias no esperan a que pasen las máquinas quitanieves o a que cese la tormenta, esto nos exige estar dotados de medios y entrenados para conducir ante las condiciones más extremas», subraya.

La brigada de i-DE trabaja directamente en campo realizando inspecciones, revisiones preventivas de nuestros activos, operación de la red y resolución de incidencias. «Con la llegada del ‘internet de las cosas’ nuestros clientes ya no solo tienen que tener servicio, su contador además ha de estar comunicado con nuestro sistema, comprobando que todo funciona como es debido».

En la actualidad la brigada la componen nueve personas y surge de la reunificación en Cistierna de las brigadas de Sahagún, Boñar y Guardo. Son muchas las incidencias que se encuentran cada jornada, sobre todo cuando cae la noche. Las más habituales pueden ir «desde una simple fusión de fusible o un fallo de comunicaciones de un repetidor, hasta la rotura de conductores y apoyos que afecta a varias localidades, en ese caso hay que movilizar personal de apoyo, camiones, excavadoras… para intentar devolver el suministro lo antes posible y con las mayores medidas de seguridad, no todo vale, en el caso de no poderse solucionarlo se instalan grupos electrógenos para minimizar el impacto en el servicio a los clientes», recuerda González.

Como otro tantos trabajos, el de la brigada de i-DE pasa desapercibido para la gran mayoría de los ciudadanos pero se antoja imprescindible. «No importa que sea Nochebuena o  el Día de la Madre, siempre hay una pareja 24h/7 de retén, cuanto más fuerte es la tormenta, la ventisca o la nevada, mayor es el número de dificultades con las que nos encontramos».

Para estos profesionales siempre es gratificante «cuando en un pueblo de la montaña un cliente te ofrece su casa para ir a calentarte al fuego después de llevar varias horas trabajando  bajo cero o que acudan a rescatarte con su tractor si te has quedado atascado en el barro, esa humanidad es más difícil de conseguir en las zonas urbanas, donde todo es más impersonal, además con las redes haters y trols tienen mucho más fácil echar por tierra todo tu esfuerzo», finaliza.