artesanía helada

Hablar de El Valenciano es hablar de León. Aquí los helados son una religión y de eso sabe mucho Albino Rey. El negocio lo heredó de su padre, que abrió las puertas de este emblemático establecimiento en el año 83 y fue precisamente él quien le enseño esta profesión a la que ha sabido dar continuidad. De hecho, representa la tercera generación de este negocio que tiene su cuartel general en pleno centro de la ciudad, en la plaza de Santo Domingo.

El Valenciano empezó su trayectoria como pastelería y heladería, después de que su fundador cogiera experiencia como vendedor de helados con un carrito en las fiestas y verbenas.

Si por algo se caracteriza esta heladería es por su forma de hacer las cosas. La artesanía es su emblema y todo lo elabora en su obrador, ubicado en el sótano del local.

Granizados, batidos, horchata o copas de helado son algunas de las opciones que ofrecen a sus clientes. Excelentes opciones para un sabroso desayuno o una dulce merienda. Tampoco falta el chocolate con churros, otro buque insignia de El Valenciano.

Cualquiera de estas opciones se puede disfrutar en su terraza, con vistas a la fuente de Santo Domingo y a un paso de la Plaza de San Marcelo y la Calle Ancha.

El local tiene también acceso desde la calle Legión VII, ahora cortada por obras. Aquí habría doce mesas, que se suman las seis que hay junto a la entrada principal. Esta parte trasera se abrió en 2004 como café-bar. Por eso El Valenciano es más que una heladería, es un lugar en el que tomarse un refrigerio a cualquier hora.

A Albino Rey siempre le ha gustado innovar con los sabores. Por eso, además de ofrecer los helados clásicos de nata, vainilla o limón, ha experimentado con otros como regaliz negro, plátano con chocolate o queso de Valdeón con mermelada de pimientos. En total, una treintena de sabores para el agrado de los paladares más exigentes.