«La autopsia de Isabel Carrasco fue mediática pero muy sencilla»

—¿Fue especialmente comprometido abordar la autopsia de Isabel Carrasco?

—La autopsia más mediática que hemos realizado y curiosamente una de las más sencillas, dentro de los homicidios, desde el punto de vista profesional. Fue una autopsia de muerte por heridas de arma de fuego, como nos gusta decir a todos los médicos, “de libro” y no ofreció complicaciones especiales.

—En el juicio mucha gente tuvo la sensación de que su exposición fue la primera vez en la que la víctima pareció víctima.

—Esa sensación es más común de lo que se cree. Son vistas orales complicadas, en los que se tratan muchos aspectos de la vida de víctima y acusados, por lo que no es raro que se pierda ese foco. Y no tiene por qué ser, a priori, algo negativo. Son casos que pueden a acarrear penas muy severas, y cuyos interrogantes deben despejarse al máximo posible. Nuestra exposición trata de lo que hemos visto y podemos probar, desde el frío prisma del conocimiento científico, sin juicios de valor ni adornos. A fin de cuentas autopsia significa, etimológicamente, eso mismo: yo vi.

—¿Qué le decidió a escoger esta rama de la medicina?

—Honestamente, todavía me lo pregunto. ¡En especial, esas noches de guardia en las me hacen salir de casa a las tres de la madrugada a disfrutar de una maravillosa helada leonesa! Posiblemente me atrajeron muchos aspectos: su gran amplitud de campo de trabajo, la necesidad de formación continua no sólo en medicina sino también en derecho, la obligación de mantener un espíritu crítico y de curiosidad constante. Y ya dentro de la misma, metido hasta el cuello, la certeza que, por mucho que sepas, siempre hay un caso que va a tambalear todos tus conocimientos y obligarte a aprender algo nuevo.