LOS CARINA EXIGEN RESPETO

Me dirijo a usted en nombre y representación de una parte de la familia de ‘Los Carina’, en relación con el amplio reportaje que su periódico el Diario de León le dedica a Santiago García del Árbol, alias ‘El Patillas’, y con el debido respeto manifestamos lo siguiente.

c PRIMERO Que la narrativa de los hechos que afectan a esta familia es fruto, cuanto menos, de una fabulación onírica del protagonista principal del mencionado reportaje, respaldada y redactada por la periodista Cristina Fanjul, quien, actuando con escaso rigor periodístico, ha incumplido varios principios del código deontológico de su profesión como es el respeto a la verdad, el deber de contrastar la información y el compromiso de no utilizar expresiones vejatorias.

c SEGUNDO Tanto ‘El Patillas’ como la periodista Cristina Fanjul han insultado a esta familia, vulnerando así nuestro derecho al honor consagrado en el artículo 18 de la Constitución Española. Ambos nos califican de «quinquis» o «quinquilleros» cuando ninguno de nosotros hemos sido denunciados o encarcelados, ni desarrollamos ningún tipo de actividad delictiva como, por ejemplo, de las que se enorgullece el protagonista de esta historia y que la citada periodista parece pretender blanquear a través de su vaga labor periodística. Además, los miembros de esta familia queremos destacar que jamás hemos explotado a ninguna persona que haya trabajado o esté trabajando con nosotros o para nosotros, como se dice en el reportaje, suponiendo, no sólo una información inexacta, sino también una calumnia que mancha nuestra imagen y trayectoria.

c TERCERO Que esta familia, si bien es cierto que es de origen humilde, afortunadamente jamás se ha visto obligada a vivir en una chabola, dato que aporta Cristina Fanjul al más puro estilo sensacionalita y que carece de relevancia alguna para con el mensaje que se quiere transmitir en la noticia, mostrando que no ha existido un trabajo de campo que corrobore tal afirmación, como también es el caso de la aseveración de nuestra poca higiene pues, según el protagonista del reportaje, tras dos años en casa de ‘Los Carina’ ,su madre tuvo que lavarle con sosa cáustica; dato que deja en evidencia, una vez más, el nulo rigor periodístico o la escasa formación de la citada periodista quien parece ignorar que una breve exposición a este producto puede provocar irritación severa y quemaduras en la piel.

c CUARTO Tras unas pequeñas investigaciones por parte de esta familia, nos han hecho saber que Santiago nació en 1942 y que pudo ser vecino; pues, según nos han comentado, su familia viviría a unos 500 metros de la nuestra; de acuerdo con estos datos, ¿cómo es posible que la familia de ‘El Patillas’ no estuviese informada de dónde vivía, presumiblemente, su hijo menor de edad?, pues según narra dicho personaje, fue entre los 14 y 16 años y la mayoría de edad, a finales de los años 50, eran los 21 años. Asimismo, ¿su madre, jefa de las enfermeras de Franco, y su padre, sindicalista de UGT, no le buscaron durante dos años, denunciaron su desaparición o ni siquiera fueron capaces de reconocerle cuando se cruzaban con él por el barrio? Pues bien, su explicación radica en que jamás fue acogido por ‘Los Carina’, tampoco amigo de los mismos, otro aspecto en el que el reportaje es inexacto. ¿En este punto de la historia a nadie le extraña que en aquella época la esposa de un sindicalista de una organización ilegal y, por tanto, perseguido por la policía fuera la jefa de las enfermeras de Franco?

c QUINTO El respeto a la memoria de los fallecidos es intrínseco a la decencia y no debería de publicarse una información que pone en tela de juicio el buen nombre, fama y estimación tanto personal como social de la familia ‘Los Carina’, en general, y de Goli, en particular, quien ha sido una persona trabajadora, que todo lo que consiguió fue gracias al esfuerzo, en primer lugar, de sus padres y, en segundo lugar, del suyo propio, al igual que sus hermanos; además, empática y solidaria, pues muchos de sus familiares, vecinos, amigos y conocidos recordamos a Goli con cariño y gratitud.

c SEXTO Que lo único no ofensivo que se ha escrito respecto a nuestra familia en la mencionada entrevista es que somos mercheros, término que hace referencia a una etnia a la cual no pertenecemos pero que algunos medios de comunicación y periodistas con poca profesionalidad parecen solo usar de manera peyorativa, relacionándolo con la delincuencia y perpetuando así los prejuicios clasistas y racistas. Por todo lo expuesto, exigimos al Diario de León, en virtud de la Ley Orgánica 2/1984, de 26 de marzo, reguladora del derecho de rectificación, el cumplimiento de la obligación de publicar íntegramente la rectificación, dentro de los tres días siguientes al de su recepción, con relevancia semejante a aquella en que se publicó o difundió la información que se rectifica, sin comentarios ni apostillas y, en caso contrario, se acudiría a la vía judicial al amparo de lo previsto en el artículo 4 de la citada Ley Orgánica 2/1984. Todo ello sin perjuicio, en su caso, de interponer la correspondiente queja ante el Colegio Profesional de Periodistas de Castilla y León o ejercitar las acciones previstas en la Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, por vulneración del derecho al honor.