Diario de León

Carlo. El ‘veneno’ de Abarth

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Vienés de nacimiento (15 de noviembre de 1908), Carlo cosechó éxitos (casi) sin precedentes en el mundo de las carreras: monopatines, bicicletas, motos y sidecares, ‘cualquier cosa’ le servía al joven Carlo Alberto para ‘experimentar’, desmontar, reparar o mejorar sus prestaciones…

Con sólo once años, envolvió un cinturón de cuero en las ruedas de su monopatín, reduciendo así la fricción sobre el asfalto y ganar a sus amigos del barrio. Nueve años después, lograba sus primeros éxitos ‘a lomos’ de una motocicleta Motor Thun.

Sus cualidades para las carreras también se vería acompañada de un de un talento innato para la ingeniería, lo que le llevaría (1930) a producir su primera motocicleta personaliza… con ‘El Escorpión’ de Abarth.

Lamentablemente, el agrave accidente sufrido en la carrera de Linz le obligaría a abandonar el motociclismo, aunque nunca la determinación de ‘desafiarse’ a sí mismo y a sus propios límites. Continuó compitiendo en sidecar, un vehículo al que llevó a la fama gracias a hazañas como el desafío contra el histórico tren Orient Express, a ‘quien’ ganó en 1934.

La nueva vida de Carlo ‘arranca’ cuando se muda a Merano (1945), convirtiéndose en ciudadano italiano. Tras una breve experiencia en Cisitalia, funda ‘Abarth & C.’ en 1949 junto con el piloto italiano Guido Scagliarini y de ahí, a la gloria… la primera de ellas: su primer automóvil, el 204 A —derivado del Fiat 1100— entraría por la puerta grande en la historia del automovilismo deportivo de la mano —nada menos— de Tazio Nuvolari, que lo llevaría a la victoria en la ‘Palermo-Monte Pellegrino’ de 1950, el último triunfo firmado por ‘El mantovano volador’ en su dilatada trayectoria.

A partir de ahí… nuevos récords deportivos e industriales y revolucionarios ‘kits’ de transformación con ‘aquellos’ míticos Abarth 1000 de principios de los sesenta, con el capó trasero abierto para permitir la refrigeracióny, a renglón, para constatar ‘empíricamente’ las bondades aerodinámicas que proporcionaba ‘la apertura’.

En 1966, Abarth fabricaría un auténtico alerón de resina, convirtiéndose en una de las primeras empresas en equipar los coches de carreras con un ‘spoiler’ zaguero para aprovechar las ventajas aerodinámicas del ‘adminículo’; idea a la que, precisamente, rinde culto el nuevo Abarth 695 «70».

Los abultados triunfos deportivos de Abarth, han inspirado también los más diversos objetos, como el cronógrafo ‘Breil’, 800 unidades realizadas en titanio y cuajadas de referencias al mundo de las carreras: la banda Abarth y el emblemático escudo conmemorativo del Escorpión. Incluso la nueva colección de ropa y accesorios Abarth se inspira en componentes tan icónicos como el escape ‘Record Monza’ o la banda de rodadura de los neumáticos.

Prestaciones y legado para ‘vestir’ la también nueva «Rexcord Capsule Collection», firmada por ‘Luter’ para celebrar las hazañas del monoplaza Fiat Abarth 1000 Pininfarina Record (203,656 Km/h. en Monza años 60).

Siete décadas después, la ‘picadura’ del Escorpión… sigue ‘envenenando’.

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