Diario de León

La CHD promueve el uso racional de los acuíferos

Impulsa la creación de Cuas para ordenar, planificar y controlar las aguas subterráneas

León

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El Día Mundial del Agua pone hoy el foco de atención en las aguas subterráneas: aguas invisibles —se encuentran bajo tierra en acuíferos— cuyos efectos se aprecian en todas partes. Formaciones de rocas, arenas y gravas que contienen cantidades importantes de agua alimentan manantiales, ríos, lagos y humedales.

Las aguas subterráneas finalmente se filtran a los océanos. Su principal fuente de recarga es la lluvia y la nieve que se infiltran en el suelo y pueden extraerse a la superficie por medio de bombas y pozos.

La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) resalta en este día que «la mayoría de las zonas áridas del planeta dependen por completo de este recurso, que suministra una gran proporción del agua que utilizamos para fines de consumo, saneamiento, producción de alimentos y procesos industriales». Asimismo, las aguas subterráneas son decisivas para el buen funcionamiento de los ecosistemas, como los humedales y los ríos.

La CHD, organismo autónomo adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) promueve desde 2014 la constitución de comunidades de usuarios de aguas subterráneas (Cuas). Actualmente, hay ocho comunidades constituidas y otras 26 pendientes de presentar los Estatutos y con los trámites muy avanzados en las provincias de Ávila, Segovia, Salamanca y Valladolid.

El objetivo de las Cuas es ordenar, controlar y planificar la explotación racional de los acuíferos, a pesar de las complicaciones debido a la pandemia, que han dificultado la celebración de asambleas de usuarios para aprobar estatutos y continuar con los trámites requeridos en estos procesos.

La CHD concibe el agua como un patrimonio de todos y apuesta por el impulso de estas corporaciones de derecho público que otorgan a los usuarios más capacidad de decisión en la gestión del agua. La comunidad canaliza la participación, lo que implica ser informado, consultado e involucrado en la gestión del agua, permitiendo la intervención de los usuarios en las decisiones que les afectan al aportar un conocimiento local que completa el técnico-científico de la administración, además de gozar de un gran peso específico en los órganos de participación de las Confederaciones, posibilidad de la que no disfrutan los usuarios individuales.

Las Cuas permiten también una mayor racionalidad en el uso del recurso, más flexibilidad y un ahorro de costes individuales para los regantes, lo que promueve un uso eficiente del agua y una gestión sostenible de este valioso recurso.

Según la CHD, la situación ideal es disponer de una comunidad de usuarios por cada masa de agua. «Lo más eficaz es la constitución de comunidades de base de uno o varios términos municipales (entre 2.000 y 4.000 ha de regadío), que posteriormente se agrupan en una junta central o agrupación de comunidades de usuarios. Cuanto mayor es el tamaño el coste por usuario es menor y las posibilidades de uso del agua aumentan.

Las Cuas son corporaciones de derecho público, tal como se las reconoce en la legislación de aguas (Texto Refundido de la Ley de Aguas y Reglamento del Dominio Público Hidráulico) para las Comunidades de Usuarios. Esta figura jurídica les dota de una serie de facultades que facilitan su gestión.

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