Diario de León

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Las temperaturas bajan cada vez de forma más brusca pasando de un clima benigno como el que existía hace apenas dos semanas a un frío que en muchos lugares obliga a activar todo tipo de sistemas de calefacción para mantener acogedora la vida en casa. Desde noviembre y hasta prácticamente finales de abril la demanda de electricidad se incrementa de forma considerable para poder hacer frente a los rigores de un invierno meteorológico que ya ha cogido por sorpresa a los ciudadanos.

El importe de la factura eléctrica vuelve a ser el temor al que se enfrentan muchos hogares cuando llega esta época del año, en la que los recibos se disparan sin saber muchas veces qué se puede hacer para minimizar el abono a las compañías eléctricas.

Hasta ahora, el precio medio de la electricidad ha descendido mínimamente con respecto a los que había hace un año. Así, la factura media del precio regulado (PVPC) se sitúa en los 57 euros al mes desde enero hasta octubre frente a los 60 euros del mismo periodo de 2018, esto es, un descenso del 5%, según los datos actualizados de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Aunque los expertos recomiendan realizar un uso eficiente de la luz (aislamiento térmico en las casas, consumo mínimo estable, temperatura adecuada en torno a los 21 grados, entre otros), hay varias alternativas de las que las familias pueden valerse para reducir la factura.

Discriminación horaria

La elección de la tarifa nocturna es una de las posibilidades que tienen todos los clientes domésticos para poder ahorrar unos euros en luz, pero a la que solamente se encuentran acogidos un 22% de los hogares españoles. Es más, en el caso de los que tienen precios regulados, esa proporción apenas alcanza el 7% del total. Y ello a pesar de que el Ministerio de Transición Ecológica obliga a las compañías desde hace un año a informar a los clientes de cuál hubiera sido el importe de su factura si contrata la discriminación horaria, para que pueda comparar y visualizar el ahorro. En invierno, esta tarifa reduce el precio del kilovatio/hora (Kw/h) más de la mitad entre las 22:00 y las 12:00 horas del día siguiente, con respecto al horario punta (entre las 12:00 y las 22:00 horas). Se trata de utilizar los electrodomésticos a partir de las diez de la noche de forma más intensiva, gracias en muchos casos a los temporizadores y a un cambio en los hábitos de vida que pueden suponer un ahorro de hasta 170 millones al sistema eléctrico si se realiza esta elección de tarifa que casi siempre compensa al consumidor.

Luz más ajustada

El 40% de las casas tienen contratados entre cuatro y seis kilovatios de potencia, aunque gran parte de esos hogares tienen margen de ajuste para reducirlo. Por ejemplo, si uno de esos puntos baja en 0,5 kilovatios (Kw) —de 4,6 a 4,1—, su factura podría reducirse en unos 26 euros al año (algo más de dos euros cada mes). En ese colectivo se encontrarían 4,5 de los 11,2 millones acogidos actualmente al PVPC. De esta forma, el ahorro ascendería a 117 millones de euros. Por debajo de 4 Kw es complicado un ajuste de potencia para un hogar con varios electrodomésticos; y por encima, quienes la tienen contratada es porque realmente la necesitan por el consumo intensivo de luz que realizan. Ante esta realidad, existe la posibilidad de que los titulares de contratos de luz particulares puedan rebajar la potencia contratada en tramos de 0,1 Kw, frente a los 1,1 Kw que hasta 2018 se exigían para cambiar la tensión de un hogar, lo que limitaba su aplicación al verse obligados a disminuir de forma drástica la potencia.

El desconocido PVPC

Uno de cada tres hogares desconoce cuál es el tipo de tarifa que tiene contratada con su compañía eléctrica. Así lo indica el último informe de Competencia en el que se pone de manifiesto una realidad que después impacta en el recibo en forma de sorpresa para los usuarios. Aunque en muchas ocasiones se encuentra perdido entre una amalgama de datos en el recibo, uno de los más importantes es el de la ‘tarifa contratada’. Hay dos modalidades básicas: el precio regulado, que se reconoce por las siglas PVPC (Precio de Venta del Pequeño Consumidor) y las tarifas del mercado libre. La estadística demuestra que en la mayor parte de los meses, el PVPC sale más barato que el resto de ofertas. Aunque el cliente juega con la posibilidad de que suba mucho el precio del PVPC y supere al del ‘pack’ contratado, que suele tener un importe fijo, para estabilidad del presupuesto familiar. El precio regulado solo lo ofrecen las comercializadoras de referencia cuya denominación ha cambiado en los últimos meses para evitar confusiones de marcas con sus matrices: Comercializador Último Recurso —Iberdrola—, Energía XXI —Endesa—, Comercializadora Regulada —Naturgy—, Corenergético —CHC—, Régsiti —Repsol, antes Viesg—- y Baser —EDP—.

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