Diario de León

CLAVES PARA DEFENDERNOS MEJOR

Nuestro sistema inmunitario es una compleja red de células, tejidos, órganos y sustancias, que nos protegen de las infecciones y las enfermedades. Cuánto más lo protejamos, introduciendo cambios que promuevan un estilo de vida saludable, más nos protegerá. Esta es la manera de lograrlo

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León

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Muchas personas saben que a nuestro SI se le suele llamar las «defensas» (orgánicas), pero quizá no tengan muchos más conocimientos sobre «todo lo que hace en nuestro cuerpo este maravilloso sistema y el impacto que tiene en la salud», señala Arponen (www.drasariarponen.com). Señala que «si no hemos desaparecido como especie antes de que se inventaran las vacunas, la higiene y los antibióticos, es gracias a que nuestros ancestros contaban con un sistema inmunitario lo bastante flexible y fuerte, que les permitió sobrevivir». «Una de las acciones defensivas del SI es la inflamación, un proceso cuyo fin último es destruir al patógeno, o aquello que haya provocado el daño, y evitar en lo posible su expansión más allá del punto de entrada», según Arponen, que lamenta que nuestro estilo de vida provoque que «estemos continuamente inflamados».

Nuestro sistema inmunitario está continuamente un poco alerta, por todo lo que hacemos y por todo aquello a lo que estamos expuestos: desde los productos ultraprocesados que comemos y las toxinas o los metales pesados con la que estamos en contacto, hasta los factores estresantes de la vida moderna, el sedentarismo y la alteración de nuestros ritmos biológicos, puntualiza.

Arponen describe el SI como «un conjunto de células, tejidos y órganos del mismo tipo que colaboran entre sí para llevar a cabo sus funciones». «Es un sistema muy complejo, constituido por muchos elementos y está en todas partes: en la sangre, la piel, el intestino, el hígado, los ganglios, el cerebro...», añade. Explica, de manera amena, que al igual que un cuerpo de seguridad pública, como la Policía, nuestro SI «tiene muchas `unidades´ diferentes, es decir muchísimos tipos de células diferentes, cada una con unas funciones». También tiene sus «armas» (los distintos tipos de moléculas que funcionan como las herramientas del SI), así como una serie de «cuarteles y barracones», es decir los diversos órganos que forman parte del sistema inmunitario, puntualiza. «En general, la respuesta inmunitaria es un proceso que requiere de mucha energía, por lo que la mayoría de los linfocitos (células linfáticas que intervienen en una reacción inmunitaria) circulan por la sangre en un estado tranquilo, como si «patrullaran la ciudad», sin gastar energía ni recursos en exceso, describe. «Son como los policías que van en su vehículo vigilando que no haya incidencias, hasta que de repente sucede algo, que requiere que intervengan, y entran en acción», según Arponen.

El ser humano necesita una dieta de movimientos variada: saltar, correr, andar, tirarse por el suelo, nadar, trepar, ya sea en el campo, el bosque, el mar o la montaña, según la doctora Arponen. «Estamos hechos para movernos. Y en el momento en el que dejamos de hacerlo, estamos sentando las bases de la enfermedad», recalca. Asimismo, «pasar de vez en cuando un poco de hambre o sed, exponerse al frío o al calor, y hacer ejercicio físico, es beneficioso para nuestros sistemas inmunitario, nervioso y endocrino», dedicando siempre un tiempo suficiente para recuperarnos entre una práctica y la siguiente.

Arponen comenta que las amistades también nos fortalece orgánicamente, ya que se calcula que «la gente que tiene entre trece y veinte amigos de verdad y pasa tiempo con ellos tiene un sistema inmunitario más robusto y equilibrado que los que tienen menos amistades». También es fundamental dormir las suficientes horas, cada día, ya que después de solo una semana de sueño insuficiente se produce una serie de cambios en cientos de genes relacionados con el metabolismo y el sistema inmunitario, según esta experta.

Arponen considera que la vitamina D, los ácidos grasos omega-3 y el magnesio son tres suplementos recomendables para la mayoría de las personas, aunque advierte que la vitamina D se puede obtener tomando el sol (difícil en invierno) y los omega-3 se consiguen comiendo alimentos provenientes del mar.

Arponen traslada una serie de claves para fortalecer y cuidar nuestro sistema inmunitario, recomendando… ...Comer «comida de verdad» (verduras, frutas, frutos secos, huevos, marisco, champiñones…) sin que sea en exceso ni demasiada frecuentemente. ...Alimentarse con una frecuencia adecuada: Un adulto no debe comer más de 2-3 veces al día, siendo aconsejable dejar pasar al menos 12-13 horas entre la cena y el desayuno. … Ingerir alimentos ricos en fibra soluble y fermentable, la cual ayuda a mantener un microbioma (conjunto de microorganismos) intestinal saludable, lo que a su vez se traduce en un buen estado del sistema inmunológico. ...Incorporar al organismo suficientes micronutrientes (minerales y vitaminas que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades) ya que son esenciales para su inmunidad.

Introducir pausas en nuestra rutina diaria de estar siempre sentados, levantándonos cada 30 minutos y haciendo ejercicio durante 2-3 minutos: saltos, «burpees», sentadillas, flexiones......Reducir el estrés de la vida moderna (nocivo para nuestras defensas), meditando, leyendo libros y pasando tiempo con nuestra familia y amistades, especialmente en entornos naturales.

...Desconectar nuestra actividad digital, apagando el ‘smartphone’ al menos 12 horas al día y un día a la semana, lo cual es otra manera de calmarse y desestresarse.

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