Diario de León

El confuerzo de los romanos pobres

El estudio de la parte más humilde de una necrópolis romana en Barcelona pone en evidencia que las desigualdades en vida se hacían visibles en el rito de las comidas funerarias

Resto romano en la necrópolis de Lancia, en León, en una foto de archivo. SALVEMOS LANCIA

Resto romano en la necrópolis de Lancia, en León, en una foto de archivo. SALVEMOS LANCIA

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EFE

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Las fuentes escritas antiguas nos cuentan que los rituales funerarios romanos, que garantizaban la protección de los dioses y la memoria de los difuntos, eran actos sociales claves en el Imperio romano. Para ellos, como en el antiguo Egipto, el paso al más allá era algo importante. Pero apenas hablan de su composición y, cuando lo hacen, suelen referirse a las clases altas. Para saber un poco más sobre estas comidas funerarias, el confuerzo, un equipo de investigadores de la Universitat de València, de la Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya (UVic-UCC) y del Institut Català d’Arqueologia Clàssica (ICAC) ha analizado el material arqueozoológico y antropológico de la necrópolis de Plaça der Vila de Madrid, en Barcelona.

Los autores han analizado restos de medio centenar de animales y de 41 humanos de las tumbas de esta necrópolis romana, que se usó entre la primera mitad del siglo II d.C y mediados del siglo III d.C. El estudio concluye que, en general, las comidas funerarias y banquetes de esta necrópolis no fueron muy diferentes de lo que consumían habitualmente.

«Queríamos estudiar la parte más humilde de esta necrópolis para saber cómo eran los rituales de las clases más bajas porque habitualmente los escritos refieren las costumbres de los más adinerados», explica a Efe el autor principal e investigador de la Universitat de València, Domingo C. Salazar.

El análisis de los isótopos de los restos humanos y animales hallados en la necrópolis, combinado con el estudio osteológico de los restos humanos (edad, sexo y estado de salud) y el estudio zooarqueológico permitieron a los autores reconstruir la composición de las ofrendas y banquetes funerarios servidos en ese lugar y el tipo de dieta que el difunto había consumido habitualmente en su vida. Los investigadores encontraron principalmente carne de cerdo y ternera, y también restos de carne de cabra y pollo. Sin embargo, no encontraron apenas alimentos exóticos, ni animales salvajes, ni pescados o mariscos, y muchas de las tumbas ni siquiera tenían ofrendas de comida, pese a «la importancia social y cultural de estos eventos que además estaban estipulados por ley», lo que sugiere que «las desigualdades en vida podrían haber estado presentes también en los rituales funerarios», apunta.

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