Diario de León

Cuentos para niños sensibles

Tiene 39 años y una carrera literaria en la que se multiplican los premios, pero Jean-Baptiste del Amo, escritor francés de origen español, sigue enfrentando cada nuevo proyecto como un desafío literario, al que se le suma ahora la publicación de libros infantiles, cuentos para el hijo que él no tendrá.

El escritor francés de origen español Jean-Baptiste del Amo

El escritor francés de origen español Jean-Baptiste del Amo

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León

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maría d. valderrama

Creo que los niños pueden ser sensibles con textos literarios y percibir la magia y la poesía», dice Del Amo en una entrevista a Efe tras la publicación en español de su libro Yukio, el niño de las olas, un cuento inspirado en una estancia en las islas tropicales de Japón.

Del Amo es el apellido de la abuela de este joven escritor, apellidado en realidad García y nacido en Toulouse en 1981 en el seno de una familia de inmigrantes españoles exiliados en los años posteriores a la guerra.

Su aventura literaria comenzó en 2006 con el libro Ne rien faire et autres nouvelles, aunque fue Una educación libertina, en 2009, traducido en España por Cabaret Voltaire, el que le trajo la gloria: premio Goncourt a la primera novela y premio François Mauriac de la Academia Francesa, entre otros.

El particular estilo de este escritor, que vive ahora a orillas del Loira, rodeado de animales de granja —cerdos y gallinas son los protagonistas de sus fotografías cotidianas en Instagram—, se aprecia al abrir sus libros: sus descripciones son tan tangibles que uno tiene la impresión de oler y sentir lo mismo que sus personajes.

Desde el París del siglo XVIII hasta la historia de una familia que trabaja en la explotación de animales, sus obras son una «experiencia sensorial», como él mismo reclama, marcadas por una dureza y violencia a veces difícil de digerir. Una dureza que ha quedado retratada con más poesía en este libro infantil, gracias también a los dibujos de la ilustradora Karine Daisay. «La literatura infantil es el medio más inmediato de intentar restituir el lenguaje de la infancia, y al mismo tiempo con Yukio quería que fuera un libro exigente, literario, no renunciar a mi identidad como novelista», explica el autor. Yukio, el niño de las olas es el relato inspirado en las leyendas japonesas sobre un escritor que llega a una pintoresca isla en el sur del archipiélago en busca de inspiración. Allí encontrará a una madre que cada tarde se sienta a mirar el mar, donde busca a su hijo, Yukio.

«Es como si en realidad no fuera de este mundo, como si se encontrara por error entre los hombres», narra la madre de Yukio en su cuento.

MILITANCIA ANIMALISTA

Comprometido con colectivos ecologistas desde hace varios años, en particular desde la escritura de Reino Animal (2016), su última novela, Del Amo hizo pública este año en la emisora France Inter una carta al hijo que no tendrá, por lo que resulta aún más paradójico que se interese en la literatura para niños.

«Soy muy pesimista sobre nuestro futuro colectivo y me parece que traer al mundo un niño, dar la vida a un ser humano, es una responsabilidad colosal que no me siento capaz de llevar. Creo que hemos atravesado una línea roja y no tengo ganas de infligir esta realidad a un niño», dice.

Para él, rodeado de los niños de sus propios amigos, la esperanza de que las generaciones futuras podrán hacerlo mejor que las actuales es una forma de dejar en manos de otros la responsabilidad que como sociedad no hemos sabido asumir.

«Quizás por eso hablo de la infancia en mis libros y hago libros para ellos. Es una forma de reanudar con el estado de gracia que es la infancia, transmitir algo al niño que he decidido no tener», concede.

Del Amo dice que no busca ser un artista militante y que su ideología y acciones se limitan a su compromiso ciudadano, aunque su sensibilidad hacia la naturaleza y el mundo animal están presentes en toda su obra, al igual que sus raíces, en parte retratadas en sus libros.

«Estoy muy marcado por la figura de patriarca de mi abuelo, este hombre español, cuya lengua no comprendía, que trabaja en la construcción y que educaba solo a cinco hijos. Tenía un carácter afable pero severo al mismo tiempo. Él marcó mi imagen del padre de familia y su figura vuelve sin cesar a mis novelas», dice.

Las conversaciones con su padre, natural de Albaladejo (Ciudad Real), para tratar de entender los misterios de su familia ocupan sus encuentros, y no esconde su intención de escribir sobre España en un futuro.

De momento, avanza en su próxima novela, que espera publicar el año que viene y cuya redacción le habrá llevado cuatro años, tiempo que achaca a su creciente exigencia y búsqueda de desafíos.

«En cada libro he intentado hacer algo nuevo. Voy a ciegas hasta llegar a lo que me corresponde, pero cada libro es una etapa, un aprendizaje continuo de quien soy como escritor», explica.

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