Diario de León

LOS DEFENSORES DEL ‘PLANETA A’

Porque no hay ‘planeta B’ ellos son los defensores del único que hay. Son los activistas de la Tierra que luchan desde España contra la destrucción que provoca el cambio climático. La batalla la libra una generación que tiene menos de 30 años

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Alex tiene 13 años y es quizás el activista más joven que milita en las organizaciones que presionan para que los Gobiernos cumplan la reducción de emisiones. Hoy, por su compromiso climático, es vegano y sólo viste ropa fabricada con materiales reciclados. «Ser vegano tiene un impacto muy grande en el medio ambiente y uso ropa ecológica que se hace con menos agua y materiales reciclados», explica.

Hace dos años comenzó su viaje hacia el compromiso climático, cuando, durante la Cumbre del Clima de Madrid vio unas «imágenes impactantes de deshielo y el calentamiento global» y escuchó a Greta Thunberg. Lo siguiente fue buscar a Fridays For Future y seguirlos en redes sociales.

«El mensaje de Greta era que una emergencia debe ser tratada como una emergencia», explica Álex, que vive en Madrid y estudia segundo de la ESO. Un lema que luego él escribiría en la pancarta con la que iría a una de sus primeras manifestaciones. «La inacción de los políticos es irresponsable».

Como Álex, aunque no tan jóvenes, miles de activistas de todo el planeta se citaron en Glasgow, en la Cumbre del Clima, COP26.

El perfil de los guerreros españoles en defensa del clima es «heterogéneo». El capítulo local de Greenpeace tiene una red de voluntariado de unas 800 personas, «con un 60% de mujeres. Un porcentaje similar tiene menos de 35 años, y se organizan en 30 grupos en 30 ciudades», explica Edurne Rubio, directora de Poder Popular de la ONG que tiene casi 150.000 socios, que suelen permanecer vinculados una década.

En Amigos de la Tierra es «cada vez más dominante el femenino y se suma un público más joven y universitario», explica Teresa Rodríguez, responsable de Comunicación de la organización. En Oxfam, que ha «intensificado su trabajo en cambio climático» tienen «una base social de 188.000 personas, con motivaciones muy diversas».

En estos últimos dos años han surgido con fuerza otro tipo de organizaciones, como Extinction Rebellion y Fridays For Future, que en España también se conoce como Juventud por el Clima.

«Somos los exponentes del nuevo movimiento climático que surge a partir del verano de 2018», analiza Alejandro Ciordia, miembro de Extinction Rebellion, de 30 años e investigador postdoctoral en Sociología. «Son dos colectivos muy diferentes a las organizaciones tradicionales. Descentralizadas, no jerárquicas, sin miembros formales. Funcionan por redes y con reuniones abiertas, se participa en grupos de trabajo por motivaciones e intereses. Hay un perfil generacional más joven». Entre los 400 miembros aproximados de este grupo también hay personas «de 50 años o más, con trayectoria y experiencia».

Con 11 años, Alex también siguió en redes sociales a Greenpeace y Extinction Rebellion. Buscó más información. Acudió también a los informes del Panel de Expertos de Naciones Unidas (IPCC). Hasta que el año pasado, Fridays convocó una asamblea digital y él asistió por zoom.

«Pertenezco a Fridays For Future, que tiene varias comisiones. Yo seleccioné Comunicación y Logística. Ayudo a gestionar las redes. Instagram, sobre todo». También es uno de los jóvenes que encabezan las protestas en las calles de su ciudad. Le suele acompañar su madre, Adriana, que lo llevó a un nutricionista y ahora le prepara su dieta. A veces también va con su padre, Santi.

«Mi primera acción fue una sentada frente al Congreso, el 19 de marzo. Como había covid se mantenía la distancia social y se dividió el espacio en recuadros. Reclamamos sin violencia. Yo hice en casa una pancarta que decía ‘Justicia climática’. Aquella fue la primera vez que veía en persona a los demás miembros».

En Fridays For Future tienen un rango de miembros que no suelen superar los 30 años, y suelen comenzar a partir de los 15, explica Pere Joan, portavoz del movimiento y coordinador de Juventud por el Clima en Mallorca. «Son personas concienciadas con el cambio climático, y cada uno tiene una motivación personal, que puede depender del lugar donde viva y las problemáticas locales».

El caso de Alex, que se informó por su cuenta sobre la acción climática hasta comenzar a militar en la defensa de la Tierra, sin que sus padres fueran activistas, es poco común. A nivel mundial, el 80% de los jóvenes quiere hacer algo similar, pero sólo la décima parte llega tan lejos, según un estudio de la ONG Plan Internacional. Además, el 20% de los jóvenes encuestados considera su educación sobre la crisis del clima como «mala o muy mala».

Se observa, sin embargo, un aumento general de participación juvenil, desde que se celebró la COP25. «La aparición de Greta ha sido un revulsivo», opina Rubio. «Es interesante, desde el punto de vista intergeneracional, ver cómo podemos colaborar las personas que componen movimientos similares en todo el mundo, junto con las que venimos trabajando mucho tiempo en la protección del medio ambiente. Lo importante es que se movilicen con el cambio».

Los activistas por el clima que se reúnen en estas manifestaciones «tanto la gente joven como la adulta, suelen ser personas con intereses sociales, en ocasiones con profesiones o estudios relacionadas con el medio ambiente o con la educación», sostiene Rodríguez. «Están muy concienciados con la necesidad de que se trabaje la presión política y la sensibilización, dispuestos a movilizarse en pro de las causas que defiende y actuando muchas veces de altavoz».

Hace un par de semanas que las asambleas son presenciales. Alex asiste con regularidad. Su madre lo acompaña hasta llegar al grupo, que suele reunirse en parques. «Me tratan normal. Tenemos turno de palabra, se comentan las próximas acciones. Las personas debemos movilizarnos», dice Alex, pero reconoce que no hay otros niños de su edad involucrados en las protestas.

«Otro mensaje de Greta es que nadie es demasiado pequeño para marcar la diferencia. Por ejemplo, yo contribuí a convocar la Global Strike del 24 de septiembre. Comenzamos en Callao y llegamos hasta el Tribunal Supremo, donde está una demanda contra el Gobierno por su inacción. Íbamos por bloques. Yo iba en el segundo. Detrás iban otras organizaciones, éramos miles».

Sobre la COP26, Alex espera que sirva para «transmitir a todas las personas cómo contribuir en la lucha contra el cambio climático». Ahora apadrina en Fridays For Future a dos nuevos miembros, un chico y una chica mayores que él.

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