DESAFÍOS DE ALTO RIESGO Y ALTO IMPACTO

Crear una red de investigadores «capacitados para enfrentar desafíos de alto riesgo y alto impacto en una variedad de industrias y actividades comerciales» es el objetivo de las becas de los Premios Langer, que acaba de instituir el Instituto Americano de Ingenieros Químicos (Aiche) y que como primer científico destacado ha reconocido y apoya la meteórica trayectoria de César de la Fuente. A él acaba de concederle su primer premio a la innovación y excelencia empresarial, un proyecto de apoyo financiero ampliamente dotado que tiene como objetivo «apoyar a estrellas en ascenso en las primeras etapas de su carrera», a las que quiere proporcionar «una subvención sin restricciones para permitir la creatividad de investigadores y emprendedores de ingeniería para enfrentar desafíos de alto riesgo y alto impacto, con el potencial de lograr innovaciones revolucionarias».

César de la Fuente se graduó en la primera promoción de biotecnológos de la Universidad de León en 2009, y ahí comenzó su trayectoria investigadora. Que a través de una rápida sucesión de avances le llevaron hasta el Massachusetts Institute of Tecnology (MIT) donde aprendió los cimientos de la ingeniería informática, biología computacional y biología sintética que le han permitido programar y seleccionar organismos vivos, y después enseñar a los ordenadores a diseñar proteínas con capacidad antimicrobiana, capaces de matar bacterias. Un paso fundamental para producir nuevas medicinas, en su ambición de luchar contra las resistencias a los antibióticos que amenazan con acabar con los avances que implicó el descubrimiento de estos medicamentos.

De la Fuente ha creado recientemente su propio laboratorio en los departamentos de Microbiología y Psiquiatría de la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, donde es ‘presidential professorship’ (catedrático), con poco más de 30 años.

El premio que acaba de recibir le destaca como innovador en la informatización de sistemas biológicos dentro del grupo de biología de máquinas de la Universidad de Pensilvania, «donde se basa en el diseño de proteínas, la biología sintética, bioingeniería, microbiología y biología computacional para diseñar nuevas terapias para la biomedicina en problemas como la resistencia a los antibióticos, las enfermedades infecciosas, el cáncer y la ingeniería de microbiomas».

La Aiche destaca que «sus descubrimientos han producido numerosas patentes y más de 70 publicaciones». El organismo destaca la importancia de ser el ganador de este premio inaugural, que tiene como objetivo «invertir en el potencial de ingenieros químicos como innovadores, inventores y empresarios». Su visión es «ayudar a los investigadores jóvenes a buscar grandes ideas que puedan abrir puertas a nuevas fronteras que van desde la ingeniería biológica a los biomateriales, administración de medicamentos y biotecnología».

La Aiche es una sociedad profesional que agrupa a más de 60.000 ingenieros químicos de 110 países, que trabajan en empresas, universidades y gobiernos para desarrollar productos útiles para la sociedad. El nuevo programa de becas pretende «ayudar a los investigadores a realizar un trabajo técnico innovador que tenga el potencial de hacer valiosas contribuciones a la sociedad». Tanto técnicas como comerciales.

El premio lleva el nombre del doctor Robert Langer, profesor del Instituto David H. Koch en el MIT y «pionero en la entrega de medicamentos y biomateriales para aplicaciones médicas. Los logros y contribuciones de Langer a la profesión de la ingeniería química son legendarios. Desde las más de 1.200 patentes actuales y pendientes autorizadas» hasta el enorme número de publicaciones y estudios realizados, así como un total de 40 compañías lanzadas con un valor de mercado que suma más de 23 millones de dólares.

INVESTIGACIÓN ACTUAL

Los proyectos de investigación que desarrolla actualmente De la Fuente Lab se centran en construir antibióticos artificiales, descubrir nuevas moléculas de antibióticos en la información biológica, generar tecnologías para la ingeniería microbiana, desarrollar herramientas para la neuromicrobiología sintética y avanzar en la ingeniería de las medicinas vivas.

César de la Fuente ha sido incluido por el Massachussetts Institute of Tecnology en su lista de los mejores investigadores del mundo menores de 35 años, y es uno de los primeros científicos españoles en conseguir esta distinción. Además ha sido elegido por la revista GEN como innovador mundial TOP 10 under 40; y galardonado con la cátedra de la Universida de Pensilvania.

En 2018 fue elegido ‘Niño Prodigio’ por la revista Start News, y antes había sido también distinguido por diversas publicaciones y organismos como uno de los mejores investigadores jóvenes más brillantes no sólo de España, sino también a nivel internacional.