Dirigir a los que cuidan

ana gaitero

LEÓN

Detrás de la pandemia está el virus y detrás del virus hay un ejército de personas cuya misión es cuidar desde los centros de salud. La enfermería de Atención Primaria ha salido a la calle para frenar el virus en las residencias y realizar las pruebas PCR en la primera ola. Hicieron el trabajo de campo del estudio de seroprevalencia, se movilizaron por las zonas más contagiadas para hacer los cribados y selectivos y están en la primera línea de vacunacion. Sin olvidar que a diario hay que atender a las consultas ordinarias.

Una enfermera con más de veinte años de trayectoria a sus espaldas, Ana Rivero, es la responsable de dirigir a la legión de profesionales que cuidan. Asumió el cargo en enero de 2020 sin sospechar que en pocas semanas viviría envuelta en la vertiginosa vida de la pandemia como directora de Atención Primaria de León. «La pandemia ha sido el mayor reto profesional, pero enfrentarme a otros me ha ayudado a hacer esto». Ana Rivero empezó su vida profesional en residencias de ancianos y con sustituciones de Sacyl en 1997. «Empezar desde abajo ayuda mucho también», matiza. Y la formación: «Tener el máster de Prevención en Riesgos Laborales, me ha servido de mucho. Cualquier experiencia que has tenido, más el compromiso con mis compañeros y con la población me ha servido de ayuda», admite. También fue jefa de Enfermería en el Hospital La Regla. Otra muleta de su forma de dirigir es «no pedir nada que yo no pueda hacer», afirma. La pandemia ha ralentizado su graduación en Psicología, pero sigue en ello.

«Me gusta involucrarme, formarme. La enfermería somos una profesión universitaria y tenemos que demostrarlo», añade. Cree más en la técnica que en la vocación como herramienta del trabajo profesional. Durante la pandemia lo que más le ha impactado es que en medio de la incertidumbre y el miedo, la enfermería no diera un paso atrás. «La enfermería ha tirado para adelante con lo que tenía en sus manos» y se ha adaptado a numerosos protocolos nuevos de trabajo con las PCR, los antígenos, las vacunas... Cada día se enfrentan a cambios, hay que medir los tiempos, establecer la logística de que cada nuevo paso.

De la población destaca el enorme cambio entre la época de los aplausos, «que te cargaban las pilas», y la nueva normalidad: «Ahora se hace más hincapié en los derechos personales sin mirar a veces el bien común», señala. Un cambio de actitud que Ana Rivero explica porque «hemos perdido el miedo y parece que todo el mundo sabe lo que tiene que hacer».

La familia ha sido su soporte emocional y el equipo de la Gerencia de Atención Primaria, con el apoyo incondicional de la subdirectora de Enfermería, Cristina Diez Flecha, ha sido la clave para poder asumir el estrés y los cambios. «Sin ella no lo habría conseguido, incluso cuando tuvo covid trabajó desde casa», subraya. Para la directora de Enfermería, «el éxito de los cribados de antígenos es que el equipo directivo, desde el gerente, José Pedro, hasta las directoras médica, Sofía, y de gestión, Marta, hemos estado ahí todo el tiempo».

En los peores momentos llamaba a su madre, a la que no ha podido visitar durante meses porque sufre una cardiopatía. «Le pedía que me pasara la mano por la frente como cuando era pequeña y estaba enferma».Se tenía que conformar con verla desde la ventana. «Me tocó estar en este sitio y tengo que tirar por la sociedad y por los compañeros».