Diario de León

El arca del tesoro leonés que 'pescó' Franco

El enigma de los Franco y la 'libreta' perdida de la pesca de León

Casi sesenta años después de que la Diputación regalara a Francisco Franco el tratado más antiguo de Europa sobre mosca de pesca, ni siquiera Patrimonio Nacional ha sido capaz de averiguar dónde se encuentra para restituirlo a León

Carmen Martínez Bordiú y su hijo Luis Alfonso de Borbón. MAURICIO DONELLI

Carmen Martínez Bordiú y su hijo Luis Alfonso de Borbón. MAURICIO DONELLI

León

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El Estado, a través de Patrimonio Nacional y por petición de la Diputación, ha buscado el Manuscrito de Astorga, uno de los tesoros bibliográficos españoles que Francisco Franco se llevó de León durante una visita realizada a la ciudad en 1964, pero ha sido imposible encontrarlo.

El diputado de Cultura, Pablo López Presa ha manifestado la importancia de recuperar «un documento tan significativo como el Manuscrito de Astorga, notable por ser unas de las primeras referencias históricas existentes de un tipo de artesanía tan leonesa como el arte de fabricar señuelos de pesca». Insiste además en que no estaría de más hacer un nuevo llamamiento a instituciones y particulares encaminado a la recuperación del libro.

Imágenes de la visita de Francisco Franco a León con motivo del Congreso Eucarístico Nacional en el que le fue entregado el tratado de pesca

El libro se ha convertido en una suerte de leyenda, ya que nadiez ha sido capaz de saber de él desde que fue regalado al dictador, y eso a pensar de que las instituciones han tratado de descubrir su paradero en varias ocasiones. Los requerimientos realizados a los descendientes de Franco nunca han sido respondidos. Resulta cuestionable que los regalos realizados a un jefe de Estado no tengan que ser devueltos a Patrimonio Nacional a su muerte. Más incluso si la persona a la que se obsequió no fue elegido de manera democrática. La sentencia que obliga a la familia Franco a devolver el pazo de Meirás ha abierto una nueva linea de jurisprudencia por la cual los descendientes del ‘caudillo’ tendrían que devolver al Estado todos los bienes que realizó de manos del ‘pueblo’, es decir, los que se apropió durante el régimen y que ahora deben ser devueltos.

«Al ser un documento anónimo de pocas hojas ha podido venderse a un particular», dice Valderas

Destaca el historiador Alejandro Valderas que la idea de que el manuscrito de Astorga pudiera estar en el pazo de Meirás es muy antigua ya que era el lugar de descanso de Franco. «Si alguna vez lo usó estaría en su residencia de verano ya que era un gran aficionado a la pesca», destaca el archivero, que subraya que los inventarios que a fines de 2020 se filtraron de la visita de la jueza a Meirás, corroboraron que entre los libros de Pardo Bazán había libros de la biblioteca personal de Franco ya que eran del siglo XX, llevaban las características encuadernaciones que hacían para él, e incluso algunos llevaban señales de identificación de alguna biblioteca de la administración pública del periodo franquista.

Insiste Valderas que la relación del manuscrito con el pazo, no es un invento sino que procede de una respuesta dada hace más de 30 años por la familia Franco cuando se le consultó sobre su paradero. «Contestaron que creían que se había perdido en el incendio del pazo», dice.

El historiador deduce que puede haber relación entre el manuscrito y el Piso de Hermanos Bécquer —residencia en Madrid de Carmen Polo y, después, de Carmen Franco—: «Procede del hecho documentado, de que la viuda sacó entre 500 y mil libros del pazo para su casa de Madrid con motivo del fuego de 1978». Detalla Valderas que se supone que eran ejemplares dedicados a Pardo Bazán, con su ‘ex libris’, por lo que tendrían un cierto valor y por ello se llevarían a Madrid. «La existencia de este lote está corroborada», afirma.

Recuerda asimismo que esta idea se refuerza por el hecho de que el manuscrito estaba en la década de 2000 en casa de los Franco, como se desprende de un reportaje de prensa del biznieto Luis Alfonso de Borbón. «Se exhibe a toda plana la biblioteca de Hermanos Bécquer, y asimismo en reportajes posteriores de la hija de Franco. En sus libros se observa que están encuadernados con primor, como se sabe que estaba el manuscrito de Astorga, lo cual era normal en ese momento: a Franco se le entregaban los informes encuadernados en piel», precisa.

Otra de las líneas de investigación se basa en la posibilidad de que el manuscrito hubiera sido vendido en Suiza o Londres. Sin embargo, Alejandro Valderas aclara que esta pista nunca se ha podido confirmar y eso a pesar de que las subastas de manuscritos de pesca son bien conocidas. «El problema consiste en que al ser un documento anónimo de pocas hojas ha podido venderse a un particular, o incluso a una institución extranjera desconocedora de que se trata del Manuscrito de Astorga».

Informes de Meirás

Destaca que desde finales de 2020, instituciones españolas y extranjeras así como muchos investigadores, han intentado acceder a los Informes de los fondos almacenados en Meirás con el fin de descubrir si allí se encuentra alguna de las infinitas obras de Patrimonio Histórico relacionadas desde 1936 con la familia Franco. Sin embargo, las pesquisas han sido infructuosas debido a que están afectadas por unas diligencias judiciales. Valderas defiende que la difusión de los inventarios, que se están realizando desde hace diez meses, permitiría aportar documentación para identificarlos: de dónde proceden, cómo llegaron a la familia, etc. independientemente de que se debata su propiedad. El historiador alerta de que últimamente se ha divulgado identificaciones de bienes de Meirás como procedentes de Madrid (palacios del Pardo, Real y almacenes de Patrimonio Nacional). Además, y en cuanto a la biblioteca de Emilia Pardo Bazán, una colección de fotografías y un rastreo de los manuscritos de la escritora han permitido documentar piezas que ya estaban en el pazo en vida de ella. «Incluso se ha relacionado el tráfico de obras de arte expoliadas por los nazis, que está documentado que llegaron a España, con algunas piezas que en su momento se vieron en palacios usados por los Franco», asegura el archivero, que detalla que la reciente devolución de dos piezas a Polonia localizadas en Pontevedra y la exhibición en el Museo de Bellas Artes de Bilbao de la colección Félix Fernández Valdés han avivado la búsqueda de este tipo de obras en España.

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