Diario de León

Entren y enciendan el Musac

El coronavirus ha cambiado la concepción de un ‘museo del presente’, como se definió en sus inicios el museo de arte contemporáneo, que ahora ha emprendido la senda sin retorno de los contenidos virtuales

‘La siesta del fauno’, de Javier Ayarza, que forma parte de la actual exposición del Musac. RAMIRO

‘La siesta del fauno’, de Javier Ayarza, que forma parte de la actual exposición del Musac. RAMIRO

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El presente ya es viejo. La pandemia del coronavirus ha obligado al Musac a ir un paso por delante. Ahora el museo ‘se enciende’ desde la tablet o un móvil. Decía hace seis años el filósofo y crítico de arte Boris Groys que, del mismo modo que la quema de un cadáver produce un solo gramo de ceniza y miles de tumbas se pueden almacenar en la estanteria de una farmacia, «los restos del arte serán una masa de ideas que estarán más vivas que la representación de la que proceden. Y aquí es donde entra en juego la realidad virtual de nuestro tiempo». Todo un visionario.

El Musac se ha tenido que reinventar obligado por una pandemia. «Una situación inesperada e impensable», según Manuel Olveira, director del museo que ahora ofrece toda su programación cultural online, a pesar de que el 29 de mayo reabrió sus puertas.

«Nunca hubiésemos imaginado tener que cerrar las puertas, pero al haberse producido, y para mantener el servicio público que ofrecemos, nos hemos volcado en ofrecer recursos digitales. Por suerte, al ser un museo joven —justo el Musac celebra ahora su 15 aniversario— el museo ha generado desde el inicio de su historia contenidos digitales, y por eso hemos podido reaccionar con más prontitud que otras instituciones culturales».

Asegura Olveira que el Musac ha puesto en valor recursos en línea que ya tenía —desde vídeos y audios de exposiciones, conferencias, performances y otras actividades hasta publicaciones en pdf—. «Todo el equipo ha contribuido a producir nuevas actividades en línea para seguir garantizando, en la medida de lo posible, los derechos culturales de la ciudadanía», dice.

Durante la larga cuarentena el museo leonés situado en Eras ha organizado webinars, actividades infantiles, proyecciones audiovisuales, visitas en directo al edificio, a los almacenes de obra o las exposiciones, así como recorridos en línea por la Colección Musac, entre otras propuestas.

«Se trata de iniciativas que cuentan con su propio folleto mensual, y que siempre son variadas y destinadas a todos los públicos, desde el infantil o el familiar hasta personas interesadas por temas específicos como el audiovisual, la restauración, el patrimonio cultural... Esta línea de programación digital va a seguir en el futuro, porque, aunque el museo ha reabierto sus puertas, es una oferta ‘a distancia’ que complementa el disfrute presencial del arte. Además, hay personas o colectivos que quizás no vayan a poder visitar el museo, por motivos de salud o porque no puedan viajar, por lo que hemos de poner a su alcance la posibilidad de seguir accediendo al arte y la cultura contemporáneos».

El cambio ha empezado

El Covid-19 dejará una huella profunda. Puede, incluso, que lo cambie todo. Olveira así lo cree. «Esta pandemia ha alterado completamente todo —y lo va a hacer más— y habrá muchas transformaciones en nuestra forma de vivir y en las formas de estar en contacto con el arte. Seguiremos precisando de la educación y la cultura, porque son un bien público de primera necesidad, pero seguramente todos accederemos a ellas de maneras distintas a las que han sido habituales hasta ahora. Al igual que en todas las esferas de la vida, va a producirse un cambio en las instituciones culturales, sus estándares, sus orientaciones y prioridades...», afirma el responsable del Musac.

Los cambios no afectarán exclusivamente al museo leonés. «Los de arte contemporáneo estamos muy acostumbrados al dinamismo, al cambio, al ajuste y a la innovación. Quizás eso nos está permitiendo adaptarnos a esta situación con mayor facilidad y flexibilidad».

A Olveira se le viene a la cabeza el ilustrativo título del texto Ensayo en movimiento, incluido en el libro Exponer o exponerse’ del Deac Musac, porque «en los museos siempre estamos en movimiento, ensayando, probando y experimentando. En ese texto decía que el ecosistema del museo está compuesto por ‘artistas aprendiendo a ser artistas, públicos aprendiendo a ser públicos, museo aprendiendo a ser museo’. Esto, que era una realidad hace algunos meses, lo es más aún hoy cuando los ciudadanos en el espacio público, los clientes en una tienda o los estudiantes en la escuela estamos aprendiendo a ser todo eso de nuevo».

Explica que en el Musac, además de implementar todas las medidas posibles para hacer segura la visita, hab cambiado la museografía: «Hemos sustituido los folletos e informaciones adicionales por códigos QR, los auriculares de audio y vídeo por altavoces y las pantallas táctiles por archivos autoejecutables. Estos ejemplos nos permiten entender que en el futuro inmediato habrá una forma de hacer exposiciones ‘post-covid’ y ponerlas a disposición de los públicos de maneras muy diferentes a las que hemos conocido hasta ahora».

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