EUFRASIO, SU CARRO Y SU MULa, recordados para siempre en calzada del coto
Ahí sigue, inmutable, el hortelano Eufrasio Cañizo cuya hazaña, contada por Eduardo Aguirre, fue totalmente fortuita pero infinitamente afortunada. Una mañana de domingo de principios de los 90, avisó a los vendedores ambulantes de aceite de que no hallarían a ningún vecino en Calzada del Coto puesto que todos estaban en misa. Y así pasó de largo la guadaña de la colza.