Una feria ganadera con mucha historia en Lillo

El calendario agrícola y ganadero marcó durante siglos la vida en Puebla de Lillo. Un municipio con mucha historia enclavado en un entorno mágico donde la roca de las montañas contrasta con el verde de la hierba regada por las nieves. No en vano, su estación de San Isidro es hoy uno de los motores tractores del municipio, que aún así no olvida su pasado ligado a la ganadería, con reses que se nutren en los extensos campos de las altas montañas.

Vestigio de todo ello es su feria ganadera y su concurso exposición de ganado de montaña que cada año, fiel a su cita, se celebra a mediados de septiembre con la presencia de un centenar de reses, entre vacuno y equino. Un encuentro indispensable para los ganaderos de la montaña oriental y central —además de otros llegados de la próxima Asturias— donde encontrar los mejores ejemplares. La feria está marcada, además por los diferentes concursos que premian a las ganaderías y a sus animales, en diferentes categorías. También hay un apartado específico para los mastines, fieles guardianes del ganado ante los ataques posibles ataques de los animales salvajes.

La feria ganadera de Puebla de Lillo ya tiene a sus espaldas más de 40 ediciones y cuenta con un recinto específico para este tipo de eventos, lo que demuestra la estrecha unión entre este sector productivo y el municipio montañés, que continúa fiel a sus orígenes y que sabe aprovechar los recursos que le ofrece su entorno natural. De hecho, este longevo encuentro está incluido en el calendario de ferias de las citas comerciales oficiales que cada año elabora la Junta de Castilla y León. Un encuentro ineludible para los ganaderos, pero también una feria singular para todo aquel que quiera acercarse a este mundo y observar la belleza de los animales que allí se muestran, de las mejores ganaderías equinas y vacunas de la provincia leonesa.