Diario de León

GIO, MÁS QUE LA CONSORTE DE CRISTIANO

«Muchos conocen mi nombre, pocos saben quién soy», dice Georgina Rodríguez. Vida de ensueño rodeada de guardaespaldas, impresionantes casas, vestidos de alta costura y joyas. Pero no todo es color de rosa. Ha perdido al nacer a uno de los gemelos e intenta sobreponerse al dolor

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Apabulla la vida de Georgina Rodríguez con más de 28 millones de seguidores en Instagram. «Me gustan las joyas con un chándal, hay quien no lo entiende, ya lo entenderá», dice Georgina en uno de los capítulos del programa de telerealidad que Netflix estrenó el 27 de enero coincidiendo con el 28 cumpleaños de la protagonista, quien adora comer chuches y cantar.

Georgina, orgullosa de sus orígenes y de su familia, se muestra como una mujer segura de mí misma. «Gracias al amor, ahora mi vida es un sueño».

GÑo, para sus íntimos, se crió en el ambiente rural de Jaca (Huesca) y, tras ahorrar un dinero trabajando como camarera, se instaló en Madrid donde empezó como dependienta de Gucci, el lugar en el que se cruzó con Cristiano Ronaldo, «su príncipe azul», el delantero que le cambió su vida. «Es un hombre super normal, maravilloso, el mejor futbolista del mundo», dice ella.

Nada más conocerlo, «empecé a sentir cosquillitas en el estómago, no quería ni mirarlo, me daba vergüenza», cuenta Georgina, quien asegura que cuando sus manos chocaron con las del futbolista, se entrelazaron de inmediato. «Sentí como si esas manos hubieran estado conmigo muchas veces, eran unas manos familiares que encajaban a la perfección».

Cambió su vida. Llegaba al trabajo en autobús y volvía a casa en Bugatti. «Sé lo que es no tener nada. Y sé lo que es tener todo», dice la modelo que no oculta sus orígenes humildes en los que un buen plan de verano eran «unos bocadillos y sandía».

Las primeras veces que fue a casa de Cristiano se perdía, «intentaba ir a la cocina a por agua y, de repente no sabía cómo volver, tardaba media hora en encontrarlo de lo grande que es», cuenta.

Fruto de su relación con Cristiano, en 2017 nació su primera hija en común, Alana, la cuarta hija del delantero y la primera en no ser concebida por gestación subrogada. Antes, habían nacido sus hermanos Cristiano JR (2010) y los gemelos Eva María y Mateo (2017). Ahora, esperaban mellizos, una niña y un niño que murió antes de nacer. La pequeña, que les ha ayudado a seguir adelante, ha recibido el nombre de Esmeralda.

«La paz que necesito está en casa con Cris, con nuestros hijos», explica Gio.

«Como mamá soy tremendamente amorosa y un poco blanda, conmigo mis hijos pueden hacer lo que quieran, los amo tanto que soy incapaz de ponerme estricta con ellos», dice la modelo, quien aparece en el ‘reality’ recogiendolos del cole, dándoles de comer o preparando sus bolsas de actividades extraescolares.

«Muchas veces me han intentado cambiar mi estilo, pero si no me siento yo, no me lo pongo, no me gusta ir insegura», dice.

Sus amigos cuentan que es generosa, educada, respetuosa y divertida. Agrupados en whatsapp bajo ‘Queridas Team’, Georgina les propone ir a ver la Fórmula 1 a  Mónaco  y alojarse en el yate. «A Cris le gusta que disfrute del yate con mis amigos».

«El yate es mi segunda casa», comenta con naturalidad Georgina. Aunque, asegura, lo que de verdad me da la felicidad es mi familia y amigos, con los que también formo una familia».

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