Un GPS interno que nos ayuda a redirigirnos
Con la primavera a la vuelta de la esquina y muchos de los propósitos del 2022 reconvertidos en despropósitos me pregunto: ¿Qué es la felicidad? Las respuestas son variadas. Desde disfrutar de las pequeñas cosas, hasta tener salud, pasando por un estado con el menor porcentaje de sufrimiento, reactividad y lucha posible. La lista sería extensa, lo que evidencia que la realidad es neutra. Lo importante es la interpretación que hacemos de ella influenciados por distintos factores como nuestro estado de ánimo, la voz interior, el sistema de creencias, las circunstancias, o si ponemos el foco en lo positivo o en lo negativo.
Transitamos con asiduidad por caminos que nos llevan a la infelicidad, entre ellos la necesidad de aprobación de los demás, pretender cambiar a unas personas o intentar ser como otras y centrarnos en lo que creemos que nos falta olvidando lo que tenemos y sobre todo lo que somos.
Nuestro GPS interno lleva tiempo tratando de redirigirnos sin éxito porque vamos en piloto automático. Si no estamos consiguiendo lo que deseamos puede ser buen momento para cambiar el rumbo planteándonos: ¿Qué quiero en mi vida? Ser conscientes es clave para conocernos y así comprendernos hasta ser cada día nuestra mejor versión física, mental y espiritual. Este proceso requiere pausa, un problema en esta sociedad acelerada. Por fortuna existen herramientas. Respirar de manera profunda consigue anclarnos en el aquí y ahora. Agradecer nos enfoca en lo positivo y atrae más abundancia. Meditar es sanador. La práctica de Mindfulness desarrolla la compasión y una mirada de principiante. Reduce el estrés, equilibra la mente en el instante presente, sacándola del pasado (depresión) o del futuro (ansiedad). Saber lo que quieres lleva a otra pregunta: ¿Cuál es el paso más pequeño que te atreves a dar para conseguirlo? Cuando lo descubras lánzate con actitud positiva, sin excusas, tomando la responsabilidad de tu vida y atendiendo a un orden de prioridades en el que lo urgente va antes que lo importante. Este camino requiere un gran compromiso, pero se vuelve más sencillo con el acompañamiento del Teléfono de la Esperanza a través de sus talleres. Te invito a que los descubras. Como dijo Goldstein, «solo te puedes cambiar a ti mismo, pero a veces eso lo cambia todo».