Diario de León

«La hematología ha liderado el desarrollo de la inmunoterapia»

hospital quironsalud madrid

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ana gaitero

LEÓN

La doctora Carmen Martínez Chamorro (León.1969), especilialista en Hematología y Hemoterapia, es la jefa del servicio de Hematología del Hospital Universitario Quironsalud Madrid. Nacida en León y muy vinculada a Almanza, donde vivió hasta los seis años de edad, pertenece a una saga de galenos inspirada en la fuerte vocación de su padre, un médico rural —Esteban Martínez Reñones— que ejerció en Almanza y Garrafe de Torío. Su pasión es la oncohematología.

—¿Su vocación y trayectoria profesional pudo estar influenciada en su infancia y juventud en León por la profesión y el ejemplo de su padre?

—Sí, sin duda influyó en mi vocación. Ciertamente, el ejercicio de la medicina de mi padre era algo que veía en casa todos los días. Su dedicación, interés y preocupación por los pacientes ha sido un ejemplo y un referente para mí. Mi padre fue médico titular de Almanza hasta que yo tuve 6 años de edad y aunque nací en León, en Almanza pasé los primeros años de mi infancia. Estaba disponible las 24 horas al día, visitaba enfermos a domicilio y atendía todos los problemas médicos incluso no pocas veces partos, accidentes, etc. Posteriormente fue médico titular de Garrafe de Torío y ya nos trasladamos a vivir a León. Además, mis dos hermanos mayores son médicos y esto también influyó en mi decisión por la medicina y en mi trayectoria profesional, como creo que, para mi hermana melliza, que también es médico.

—¿Qué es lo que más le interesa o apasiona de su especialidad?

—La especialidad de Hematología y Hemoterapia es muy amplia. Estudia y trata las enfermedades de la sangre y de los órganos hematopoyéticos, tanto benignas como malignas, pero también los trastornos de coagulación y de todo lo referente a la medicina transfusional. Mi interés fundamental es la oncohematología, que estudia y trata los tumores hematológicos, la investigación clínica y el trasplante hematopoyético.

—¿Qué es el cáncer hematológico?

Son tumores que tiene su origen en la médula ósea (que está en el interior del hueso y es donde se forman todos los elementos de la sangre) y en células del sistema inmune, como los ganglios linfáticos y otros órganos linfoides. Los tipos más importantes son las leucemias, los linfomas y el mieloma múltiple.

—¿Existe un aumento de la incidencia de estas patologías en los últimos años? 

—En algunos tipos como los linfomas y el mieloma múltiple, parece haber un discreto aumento de la incidencia especialmente en los subgrupos de mayor edad. En otros subtipos la incidencia está más estable.

—Usted colabora y participa en numerosos ensayos clínicos sobre nuevos fármacos y tratamientos. ¿en qué punto estamos en cuanto a investigación científica sobre los cánceres hematológicos?

—La investigación en oncohematología está a la vanguardia de los avances de la medicina y muchos de los mecanismos de acción terapéuticos novedosos que investigamos se desarrollan posteriormente para otros tumores. En las últimas décadas ha habido una mejora radical en la supervivencia de la mayoría de los tumores hematológicos. España es un país de referencia para la investigación clínica y nuestro centro colabora muy activamente en ensayos clínicos que pretenden incorporar nuevos tratamientos más eficaces para nuestros pacientes.

—¿Es importante la investigación científica para avanzar en tratamientos con menos toxicidad y mayor supervivencia en las enfermedadades onco-hematológicas?

—Sí, es fundamental y estamos consiguiendo logros muy importantes. Son tratamientos mucho más dirigidos, ya sea a vías de señalización de las células tumorales como dirigidos a activar el sistema inmune con nuevos tratamientos inmunoterápicos, como los anticuerpos monoclonales conjugados, los biespecíficos o la inmunoterapia celular como el trasplante hematopoyético y más recientemente las CART.

—En los últimos 20 años ¿hemos conseguido avanzar en muchos tratamientos?

—Sí, en la mayoría de los tumores hematológicos. En algunas enfermedades de manera sustancial, como por ejemplo la leucemia mieloide crónica, que cuando yo era residente tenía indicación de trasplante alogénico en los pacientes jóvenes y ahora tratamos con fármacos dirigidos contra la mutación que causa la enfermedad, los llamados inhibidores de la tirosina quinasa. En otros tumores, como el mieloma hemos incorporado múltiples fármacos con diferentes mecanismos de acción que permiten conseguir respuestas antitumorales muy profundas y mejoran la supervivencia y calidad de vida de los pacientes.

—¿Cree que en los próximos 20 años podemos hallar la curación de algunas enfermedades de la sangre hoy incurables?

—Espero que sí. Con las nuevas estrategias terapéuticas conseguimos mejores respuestas y en el futuro confío que se puedan curar o al menos controlar durante mucho tiempo la mayoría de los tumores oncohematológicos.

—Como gran conocedora de las nuevas terapias CAR-T, ¿podría explicarnos de forma sencilla qué es la terapia CAR-T?

—Es una terapia celular con linfocitos del paciente modificados genéticamente en el laboratorio para que expresen receptores que irán dirigidos contra un antígeno de la célula tumoral y así destruir la célula tumoral. Combina la terapia celular, la inmunoterapia y la terapia génica.

—¿Cómo se realiza?

—Consiste inicialmente en extraer los linfocitos T del paciente mediante un procedimiento de linfocitoféresis. Posteriormente, estas células se envían al laboratorio farmacéutico donde se manipulan genéticamente para que expresen un receptor que irá dirigido contra la célula tumoral. Este receptor se llama de antígeno quimérico (CAR, del inglés chimeric antigen receptor). Estos linfocitos del paciente ya modificados genéticamente se conservan criopreservados en tanques de nitrógeno hasta que sean descongelados para administrar al paciente tras una quimioterapia de linfodeplección. Posteriormente el paciente tiene que estar muy controlado ya que la activación del sistema inmune que ocasiona la interacción de los linfocitos CART y el tumor puede causar efectos secundarios como el síndrome de liberación de citoquinas y la neurotoxicidad, que hay que tratar rápidamente.

—¿Para qué tipo de tumores se puede emplear?

—Actualmente ya están aprobados para el tratamiento del linfoma B difuso de células grandes, el linfoma B primario mediastínico de células grandes, el linfoma de células del manto y la leucemia aguda linfoblástica de niños y adultos jóvenes cuando han fallado los tratamientos convencionales. Próximamente también estarán disponibles para el mieloma múltiple.

—¿Qué ventajas aporta respecto a otros tratamientos?

—La ventaja fundamental es que son fármacos que pueden funcionar en pacientes refractarios, es decir, que no han respondido a los tratamientos convencionales.

—¿A qué pacientes se les puede administrar?

—Los pacientes candidatos deben tener un estado general aceptable, cifras de la sangre adecuadas, un buen funcionamiento de los diferentes órganos y no tener ninguna infección activa. El éxito de la terapia CAR-T depende en gran medida de la selección del paciente y dado que es un tratamiento muy costoso y complejo, se evalúa previamente de manera muy exhaustiva al paciente candidato.

—¿Con qué medios materiales y humanos tiene que contar un centro para poder implantar esta terapia?

—La cualificación para la terapia CAR-T es un proceso complejo con criterios muy estrictos de calidad, seguridad y trazabilidad y de atención clínica en el que están involucrados muchas áreas del hospital, sobre todo a los Servicios de Hematología y de Transfusión incluyendo la Unidad de Áferesis y el laboratorio de Criopreservación, Farmacia, la Unidad de Cuidados intensivos, Neurología, Anatomía Patológica, Inmunología, entre otros. El equipo multidisciplinar es fundamental en la terapia CART.

—¿Podría aplicarse esta terapia a otro tipo de tumores?

—Sí, de hecho, están en marcha muchos ensayos clínicos en otros tumores hematológicos y también en tumores sólidos.

—¿Las terapias CAR-T van a revolucionar el tratamiento de algunos cánceres hematológicos?

—Creo que sí, suponen un avance en el tratamiento de tumores refractarios y también se están investigando para administrarlos antes en el curso evolutivo de la enfermedad del paciente. Pero también estamos investigando otras estrategias de tratamiento que pueden también ser eficaces y quizás con menor complejidad, coste y toxicidad.

—Cuáles son los retos de la Hematología para el futuro?

—Creo que no son muy diferentes a los de la Medicina en general, que es fundamentalmente mejorar la supervivencia y calidad de vida de los pacientes con un abordaje integral del paciente y de su tratamiento. Es un reto para los sistemas de salud optimizar la accesibilidad a los tratamientos innovadores con los recursos disponibles.

—¿La hematología es la avanzadilla de las terapias basadas en la inmunoterapia?

—Sí, es la especialidad que ha liderado el desarrollo de la inmunoterapia. Lo fue con el desarrollo de la primera inmunoterapia celular que fue el trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos, que sigue teniendo su vigencia para la curación de muchos tumores hematológicos. Y también con el desarrrollo de anticuerpos monoclonales como el rituximab para el tratamiento de linfomas B.

—Es usted vicepresidenta de la Fundación Leucemia y Linfoma (FLL). ¿Qué fines persigue esta entidad?

—Tiene un doble ámbito, tanto social como científico y pretende mejorar la calidad de vida y la atención integral de los pacientes afectados por las enfermedades oncohematológicas y sus familias y ello mediante el acompañamiento, la información de las diferentes enfermedades, la formación médica (para residentes de hematología como especialistas) y la investigación. En la ultima edición de la Beca de Investigación ‘Marcos Fernández’ otorgada por la FLL fue para el estudio del impacto de la pandemia covid-19 en los pacientes hematológicos en la Comunidad de Madrid y acaba de ser presentada en Atlanta en el Congreso Americano de Hematología.

—¿Qué ha supuesto para usted haber sido elegida entre las 50 mejores doctoras de España?

—Bueno, creo que nada diferente a lo que se hace diariamente. Creo que los médicos en España tienen un nivel de formación y de trabajo muy elevado y muchos pueden estar en esa lista. Bueno, también valió para que mis compañeros de promoción de carrera, me felicitaran por nuestro chat de grupo y estar en contacto con ellos, siempre está muy bien (risas).

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