Diario de León

Del hipocausto romano a la aerotermia

La necesidad humana de combatir el frío ha permitido idear todo tipo de sistemas para calentarse desde estufas de gas y carbón a calderas. El mercado ha evolucionado para ser más respetuosos con el medio ambiente y hoy triunfa lo sostenible

La Humanidad ha demostrado que no le gusta el frío y ha ideado todo tipo de sistemas para calentarse, como este radiador de hierro. RAMIRO

La Humanidad ha demostrado que no le gusta el frío y ha ideado todo tipo de sistemas para calentarse, como este radiador de hierro. RAMIRO

León

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No hay nada como llegar en los meses de otoño e invierno a casa y encontrarse puesta la calefacción. Un lujo que no siempre estuvo al alcance y que comenzó a forjarse con grandes dosis de imaginación por la tirria humana al frío.

Desde luego, lo primero que se descubrió para calentarse fue el fuego, que los hombres domesticaron hace más de un millón de años. Un símbolo de luz y calor que aún se continúa usando en hogueras y chimeneas. Pero el que ha pasado a los anales como el inventor de la calefacción fue el ingeniero romano Cayo Sergio Orata, que dio la sorpresa con su Hipocausto, el sistema utilizado sobre todo en las termas. Funciona con un horno en el exterior del edificio cuyo aire caliente se canaliza por debajo del suelo y alcanza temperaturas de hasta 30 grados. Para obtener un calor más intenso se integraban además unos tubos de barro cocido que daban salida al humo del horno. Similar fue el Ondol coreano. Todo un símbolo nacional de más de 2.500 años de antigüedad que hoy en día sigue existiendo. Dispone de una caldera situada en el exterior de la casa y pasa el calor por debajo de la vivienda para elevar la temperatura del suelo y las estancias por convección.

León se apunta el tanto de la Gloria en la Edad Media, un climatizador con tanto éxito que aún persiste en algunas casas de montaña y cuyo heredero es el suelo radiante. Aprovecha el hogar como entrada y dispone de un largo canal que saca los humos a la chimenea. Solía cubrirse con una tarima elevada encima sobre la que se colocaba el colchón o una mesa para aprovechar el calor.

La estufa de leña y sobre todo las calderas (a partir del siglo XVIII) revolucionaron la forma de calentarse. El combustible más utilizado en estos sistemas de calefacción ha sido el fueloil, el gasóleo y el gas natural, a los que se añadió la electricidad.

Hoy triunfan la calefacción con biomasa y la aerotermia, y muchos leoneses se plantean cambiar su caldera (un 60% son ineficientes por antigüedad o mal mantenimiento) o buscar un sistema de calefacción más eficiente viendo los altos precios que están alcanzando las diferentes energías. Cada tecnología tiene sus limitaciones y sus ventajas, pero se recomienda considerar el tamaño de la vivienda, su orientación,los aislamientos,el uso que se efectúe de ellas, la climatología y el precio del combustible antes de elegir un sistema de calefacción. La tecnología más habitual son las calderas de gas, un 35% de hogares calientan y se abastecen de agua caliente con ella, pero junto con las de carbón, se prevé que vayan desapareciendo para lograr los objetivos de neutralidad climática.

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