Diario de León

La historia que esconde la piedra

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La historia de León se puede contar de muchas maneras. Reinas y reyes, caballeros templarios, monjes, eremitas, soldados y doncellas, duques, hechiceras y hasta espíritus podrían ser los protagonistas de esta: La historia de León a través de sus castillos y torreones. Construcciones ideadas para defender los territorios del Reino que hoy se han convertido en un reclamo turístico muy importante. El buen estado de conservación de muchos de ellos y el empeño de las administraciones por devolverles una parte del esplendor que el paso del tiempo les ha robado permite trazar, sobre el mapa de la provincia, una ruta de fortalezas y fortificaciones a medio camino entre la historia y el ocio que el Consorcio Provincial de Turismo (Turisleón) ha querido poner en valor.

El Castillo de los Templarios de Ponferrada —cuya parte más antigua acaba de ser recuperada con una inversión de 1,.9 millones de euros— y el Castillo de Valencia de Don Juan son dos de los mejores conservados de España y han sido, incluso, escenario o imagen de producciones cinematográficas. Pero hay muchos más y la comarca del Bierzo contiene buena parte de ellos, tal vez por su posición estratégica como lugar de paso.

El Castillo de Sarracín de Vega de Valcarce, que también ha sido objeto, recientemente, de una importante restauración por parte del Instituto Leonés de Cultura (ILC); y las fortalezas de Cornatel (Priaranza del Bierzo), Balboa, Corullón y Villafranca dan cuenta del pasado medieval y defensivo de la comarca. Como en Grajal de Campos recuerda su historia la primera fortaleza de artillería de España. Una construcción militar erigida en el siglo XVI situada sobre los restos de otro castillo anterior del siglo X. Y Palacios de Valduerna conserva el Castillo de los Bazán, que fue morada de los primero s vizcondes de Palacios en el momento de mayor esplendor del señorío de los Bazán

La historia de León, a través de sus castillos

Además de castillo, hay torres, torreones y murallas como las de León, Mansilla de las Mulas, Almanza y, por supuesto, la muralla romana de Astorga, que guarda celosa la belleza arquitectónica y artística del Palacio de Gaudí. También cerca de Astorga, se localizan otros dos enclaves amurallados de visita obligada: El Torreón de los Osorios y la Torre de Fresno de la Valduerna. El primero, ubicado en Turienzo de los Caballeros, formó parte del enorme Castillo de Turgentius, del que únicamente queda en pie la torre del homenaje, y una de sus funciones principales fue proteger a los peregrinos camino de Santiago de Compostela. La segunda es una torre romana del siglo II que fue usada como edificio religioso en el siglo XVI.

La Torre de Lagunas de Somoza (Val de San Lorenzo) es otro ejemplo exponencial de lo que una ruta entre piedras cargadas de historia puede dar de sí. Fue mandada levantar por el señor de Lagunas de Somoza para afirmar su señorío.

«Murallas erguidas, firmes ante el paso del tiempo. Años de historia que se sienten en sus piedras y altas almenas que aún evocan el recuerdo del pasado más fiero de esta provincia. Entre las tierras se escucha el cantar de la caballería, el paso firme de las armaduras y el ondear de las banderas. León también se descubre a través de sus castillos», subrayan fuentes del Consorcio Provincial de Turismo en su apuesta por el León de los castillos. Un León cargado de leyendas, cuentos y cantares que merece la pena conocer no sólo por el atractivo de las construcciones, sino por el paisaje que, en la mayoría de los casos, se extiende bajo o entorno a ellas. Dicen en Cornatel que el banco que han colocado a unos metros de su aclamada fortaleza, próxima a Las Médulas, ofrece las vistas más bonitas del Bierzo. Y en Ponferrada, la rehabilitación del Castillo Viejo y su Torre del Homenaje recupera una panorámica de la ciudad y su cordillera montañosa prácticamente olvidada. Son solo dos ejemplos de mucho por descubrir.

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