Diario de León

Hoteles Aroi apuesta por atraer turismo nacional hacia El Bierzo

El grupo hotelero busca alternativas para poder paliar la caída de visitantes extranjeros

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Los propietarios del ponferradino grupo hotelero Aroi saben bien lo que dan de sí las crisis. De hecho, este negocio, que cuenta con un servicio hotelero dividido en dos edificios en el centro de la capital del Bierzo y dos restaurantes —La Violeta y el Mesón La Taberna—, también en el corazón de la ciudad, echó a andar en 2009 con su primer complejo, el Aroi Bierzo Plaza, tras tres años de arduos trabajos, planificación y búsqueda de financiación. Eran momentos complicados.

Un año después abriría su segundo emplazamiento, el Hotel Aroi Ponferrada, un moderno hotel de cuatro estrellas, situado a apenas unos metros de la avenida de España, en el centro de la zona comercial y empresarial de Ponferrada.

Cabe recordar que el año en el que más fuerte azota la crisis al Bierzo es en 2010. «Al ser una familia normal, con unos recursos no demasiado altos para afrontar una inversión como aquélla, que suponía convertir el edificio de viviendas en un hotel, resultó complicado. De manera que, con apoyo, pudimos conseguir las líneas financieras suficientes para poder llevar a cabo este proyecto», recuerda el gerente del grupo, Álvaro Álvarez, quien considera a la sociedad de garantía (SGR) Iberaval un elemento clave para este empeño familiar, que ha logrado emplear a la nada desdeñable cifra de 30 personas. «La SGR ha sido fundamental en todo el proceso, en el momento de la apertura y la negociación, también en los años más duros de la crisis, desde 2010 hasta 2015, y ahora», afirma.

«Logramos solventar las dificultades, gracias a diferentes ayudas. Por eso podemos seguir en pie, con todos los puestos de trabajo mantenidos», agrega.

Gastronomía y hoteles punteros

Aroi es una pequeña empresa familiar que nace con el objetivo de ofrecer un servicio hotelero y gastronómico de primer nivel, que proporcione al viajero un alojamiento en el que la calidad y la comodidad se den la mano. Un ecosistema, además, en el que tanto quien acude de visita a Ponferrada, como quien es habitual de la zona, puedan encontrar la mejor gastronomía del entorno en un espacio elegante y acogedor.

«Aroi Hoteles surge tras adquirir un edificio antiguo de viviendas, que rehabilitamos por completo por dentro para convertirlo en hotel y que se ha erigido en nuestro proyecto de vida», explica Álvaro Álvarez, quien recuerda que, en 2009, cuando se encontraban en plena construcción del proyecto inicial, surge la opción de disponer del Bierzo Plaza —en la actualidad, Aroi Bierzo Plaza— en régimen de gestión y alquiler.

La singularidad de la propuesta es que este lugar, edificado a partir de tres casas antiguas de la plaza del Ayuntamiento de Ponferrada unidas entre sí, también cuenta con dos restaurantes, La Violeta, de cocina tradicional, de mercado y española, y el Mesón La Taberna, más dirigido al tapeo.

«En este momento, estamos en un proceso de absoluta renovación de la carta de La Violeta», detalla Álvarez, quien señala que «hemos abierto al público hace unos días, tras el parón por el Covid-19, con una carta elaborada por un asesor gastronómico externo, Luis Arrufat, y el nuevo chef del restaurante se llama Nacho Druetta». «La carta ofrece cocina tradicional española, bien elaborada, hemos dado un paso más adelante propuesta más profesionalizada, aunque mantenemos productos de temporada, procedentes de España y, en particular, de nuestra tierra, con unos toques de mayor innovación», detalla.

En este contexto, Álvaro Álvarez añade que «nos hemos aplicado también en hacer especial nuestra carta de vinos, sobre todo porque está basada en caldos de la Denominación Bierzo». De hecho, según explica, el catálogo con el que cuentan es uno de los más extensos, completos y de mayor calidad del Bierzo.

El Mesón La Taberna, parte de una antigua bodega de piedra y madera que está conservada con su antigua estructura y fue rehabilitada para hacerla mesón tradicional, es decir, con tapas y raciones bercianas puras.

Ambos restaurantes disponen en verano de terraza en la plaza del Ayuntamiento, siendo la de La Violeta, cubierta, climatizada y calefactada, por lo que se usa a lo largo de todo el año.

El coronavirus que a todo afecta

Con esta infraestructura, explica Álvaro Álvarez, la llegada de la pandemia ha tenido impacto en el Grupo, sin embargo, explica que «no hemos ajustado plantilla, porque el Covid-19 llegó en el punto más bajo de nuestra actividad», esto es, 27 trabajadores, que es el mínimo en temporada baja.

Y es que, en momentos puntuales como el verano, la Semana Santa o las fiestas patronales de la Encina, Grupo Aroi puede tener trabajando a 35 o 36 personas. De hecho, Álvarez echa la vista atrás y lamenta el efecto del Covid-19 al haberse tenido que suprimir la Semana Santa, que es «un momento importantísimo para la ocupación de nuestros hoteles».

Las fiestas de la Encina, ya en el horizonte, sí se espera que cuente con eventos de menor masificación, repartidos por la ciudad y los barrios. «Llegarán esas fiestas y espero que podamos disfrutar de ellas con cautela y mucha prudencia», agrega.

Sin embargo, Álvarez se centra en la situación actual: «Íbamos a una velocidad de crucero, pero nos hemos visto golpeados como todo el mundo por el Covid», y al ser el suyo un ámbito de trabajo de mucho contacto social, han tenido que cerrar durante tres meses los restaurantes, que ya se han vuelto a abrir al público, y los hoteles, que retomarán su actividad el 1 de julio.

«En nuestro caso, se dejan de generar ingresos por completo, toda la plantilla llegó a estar en Erte, pero hay una serie de gastos fijos ineludibles, que hemos soportado pese a estar en ingresos cero», asegura.

En ese punto, Iberaval volvió a entrar en escena y nos ayudó a afrontar este periodo a Aroi Hoteles. «Gracias a esta SGR, que ha sido un salvavidas, nosotros ahora vamos a poder retomar la actividad, en condiciones que no van a ser las de antes porque no se va a volver a las cifras de ingresos previas al Covid-19, pero estaremos ahí, aunque habrá una nueva normalidad que implicará que durante unos meses los ingresos sean bastante inferiores a los habituales».

A su juicio, esta temporada de verano será diferente. En parte porque los clientes extranjeros representaban una parte importante de la ocupación de los hoteles, al ser una ciudad de paso por el camino de Santiago. «Fundamentalmente se hospedaban en nuestras instalaciones alemanes, coreanos y japoneses», argumenta, para después agregar que «el turismo extranjero, desde el 1 de abril hasta el 31 de octubre, representa un mínimo del 50% de la facturación». Con esa perspectiva, confía en que «el nacional supla esa caída, sobre todo porque hay que poner en valor las excelentes condiciones naturales que tenemos, con una naturaleza espectacular, algo que, por cierto, nos ha favorecido al tener mayor aislamiento durante el periodo Covid-19».

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