Diario de León
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León

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miguel lorenci

Faro de la contracultura, maestro de la sátira agazapada en la ciencia ficción, la figura de Kurt Vonnegut (Indianápolis 1922- Nueva York 2007) se sumió tras su muerte en una nebulosa para el lector español. Se empezó a disipar con el rescate de su magistral novela Matadero cinco en una nueva traducción. Es la primera entrega de la Biblioteca Vonnegut que el sello Blackie Books continuará con Desayuno de campeones. A un año de su centenario, el próximo estreno de un documental y una biografía devuelven al primer plano a este clásico del siglo XX cuyas ácidas comedias invitan a digerir el horror con humor. Muy, muy negro, eso sí.

Desde su primera y distópica novela, La pianola (1952), los libros de Vonnegut desconcertaron a la crítica y encandilaron al público. Con Matadero cinco: la cruzada de los niños (1969), un alegato antibelicista, se convirtió en el gurú de la contracultura. Sucesivas generaciones de lectores han manteniendo viva una obra que no deja de ganar enteros. Con lenguaje claro y sencillo, un estilo directo a base de frases concisas y párrafos breves, Vonnegut pone en solfa convenciones, ideologías e ideas preconcebidas. Autor de culto para los hippies del flower power, su Matadero cinco rebosa humor salvaje y dolor vital. Devorado por los jóvenes estadounidenses obligados a luchar en Vietnam, fue la respuesta de Vonnegut a su terrible experiencia en la carnicería de la II Guerra Mundial. En 1944 participó en la batalla de las Ardenas y fue hecho prisionero. Encarcelado en Dresde en un matadero y almacén de carne, vivió la destrucción de la ciudad, joya de la arquitectura barroca, arrasada por las bombas aliadas entre el 13 y el 15 de febrero de 1945. «Una Atlántida hundiéndose bajo olas de fuego» y como tal «una obra de arte», escribirá. Murieron entre 30.000 y 200.000 personas, según las fuentes aliadas o nazis, en buena parte civiles, en una masacre «absurda y de nulo valor estratégico», dice Vonnegut.

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