La inclusión corona el belén de cumbres

Contaban con todos los ingredientes de la Navidad y el viento se coló por las puertas abiertas de la montaña central leonesa. Las rocas estaban, medio blancas, medio grises, como los nacimientos tradicionales. El Club de montaña Pandetrave cumplió la tradición navideña del belén de cumbres con una ruta por la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga. Con unas vistas espectaculares de la cordillera y la alegría de llegar a la meta para celebrar la Navidad, partió la expedición del mesón Collado (en territorio de Aralla y Reserva de la Biosfera de Omaña y Luna) para llegar al refugio de Geras. Una nube tapó a toda velocidad el sol que había prometido la previsión del tiempo, pero nada empañó las ganas del nutrido y diverso grupo de hacer camino y compartir una experiencia más en la montaña bajo el signo de la inclusión.

El belén de cumbres iba a buen recaudo, como los turrones y unas botellinas de sidra. Y la expedición era un belén andante compuesto de personas de todas las edades y diversas capacidades. Sobre la jöelette y bien abrigada, Silvia aguantó los desafíos del camino que los porteadores y ayudantes fueron sorteando con pericia y cooperación. Y en la cordada Lucas y los otros niños correteando y deslizándose por la nieve, mientras la pequeña Olalla, de tan solo diez meses, vivía su primera experiencia navideña en la montaña, pegada al pecho de su madre y de su padre que se turnaron para el recorrido. Había buenos pastores para el rebaño, dos perros y aunque no se vieron camellos se encontraron pruebas del paso de los caballos.

Pandetrave hizo cumbre de inclusión una ruta más sin necesidad de llegar a lo más alto porque de lo que se trata es de llegar juntos y seguros, de divertirse y pasar un buen día.