Diario de León
KatinkavomWolfenmond / Pixabay

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León

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Así se la llama también a nuestra caléndula (Calendula oficinalis L.), de color entre amarillo y naranjado muy vistoso, forma parte de la flora habitual silvestre de nuestra provincia de León.

Su nombre proviene del latín calendae (calendario) que designa el primer día de cada mes. Con este nombre, que se atribuye a tiempo de los romanos, se hace referencia a la floración que prácticamente se produce todos los días del año, incluso en los meses de invierno, si este no es extremadamente frio. El hecho de que igual que los girasoles, sus flores tienden a seguir el movimiento del sol, hizo que también se le conociese con el nombre de solsequium (que sigue al sol).

Es una planta anual, pero se reproduce muy bien por semilla y ella sola se va perpetuando año tras año.

En España, desde antiguo, se conocían sus bondades y era en los monasterios donde se propiciaba siempre su cultivo con el fin de tratar diversas enfermedades.

Durante la primera guerra mundial se empleó para prevenir infecciones y como antiséptico. En una época en la que existía gran carencia de medicamentos, tuvo un papel destacado y hay evidencias que los cirujanos la utilizaron para cicatrizar heridas de guerra.

Propiedades terapéuticas para uso tópico

Algunos de sus componentes que la caracterizan a nivel químico son flavonoides, carotenoides, saponinas, polisacáridos, taninos y aceites esenciales, entre otros.

Lo más extendido hoy es su empleo con fines terapéuticos para uso externo, dadas sus propiedades antiinflamatorias, antisépticas y regeneradoras de la piel. La caléndula proporciona un efecto relajante y hace que disminuya cualquier irritación que tengamos en la piel.

No hay otra planta mejor dotada para asegurar el cuidado de nuestra piel que la caléndula. Tanto es así, que el extracto de caléndula forma parte de numerosas cremas, pomadas, lociones y productos de cosmética presentes en el mercado. Se encuentra entre las plantas mejor valoradas para el tratamiento de las afecciones dermatológicas.

Aceite u oleato de caléndula

Es una forma de extraer de una manera fácil y eficaz al alcance de todas sus propiedades liposolubles.

El oleato es una maceración de las flores secas, en aceite (siempre de primera presión en frío), como el aceite de oliva virgen, aceite de almendra, aceite de girasol, etc.

El procedimiento es el siguiente: colocamos en un envase de cristal bien desinfectado un mínimo del 50% de flores y rellenamos con el aceite, dejando un par de centímetros libres hasta la boca para después poder revolverlo posteriormente. Se mantiene siempre a oscuras (la luz solar con sus radiaciones ultravioletas degrada las propiedades de las plantas), sin cambios de temperatura unos 40 días, revolviendo cada 2-3 días. Al cabo de este tiempo se extraen las flores y se filtra el aceite para quitar impurezas, se guarda en envase de cristal y se etiqueta, por ejemplo, oleato de caléndula en aceite de almendra (11/10/2020). Se guarda en un lugar oscuro y fresco, quedando listo para aplicarlo directamente sobre la piel o en cualquier elaboración donde queramos transferir sus principios activos y obtener sus beneficios.

Después de que tuve el conocimiento de la maravilla de planta que es la caléndula, por su belleza y grandes beneficios que aporta a la piel, decidí plantarla en mi huerta para disfrutar de su belleza y aprovechar todas sus propiedades. La utilizo como base en la elaboración de fantásticos productos como la crema de caléndula que es especial para las pieles delicadas, mis geles de ducha, jabones terapéuticos, sales de baños, ungüentos y riquísimos bálsamos labiales. Es una planta comodín en la fitocosmética y es realmente eficaz.

Naturkamo, escuela de cosmética

natural artesana de León

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