lágrimas y luto RIGUROSO para despedir a don carnal y DAR SEPULTURA A LA SARDINA EN LA BAÑEZA

Sin consuelo, los bañezanos y bañezanas se despidieron ayer entre lágrimas de las fiestas carnavaleras que han vivido este año intensamente después de dos años suspendidas por la pandemia. Toda la ciudad se vistió ayer de luto riguroso para celebrar el último acto del programa, el Entierro de la Sardina. Este tradicional cortejo fúnebre arrancó, como cada año, desde el bar Industrial, en el que las plañideras no se dejaron de secar las lágrimas con el pañuelo mientras los miembros de la peña La Sardina procesionaban en sus hombros el féretro del pez por las calles de La Bañeza. Una vez en la plaza Mayor, fallaron el ganador del X Certamen de Poesía Satírica y, posteriormente, procedieron al reparto de cerca de 1.200 raciones de escabeche, con su pan y su vino correspondiente. | dl