Diario de León

Lillo, capital del invierno... y del resto del año

Puebla de Lillo ofrece una gran variedad de sendas para adentrarse en una naturaleza espectacular y paisajes imponentes, con nieve o sin ella, a pie o con raquetas, y decenas de lugares para degustar la mejor gastronomía de la montaña leonesa

Las rutas de Lillo se pueden hacer todo el año, incluido en invierno con raquetas de nieve. CASA DEL PARQUE EL TORREÓN DE PUEBLA DE LILLO

Las rutas de Lillo se pueden hacer todo el año, incluido en invierno con raquetas de nieve. CASA DEL PARQUE EL TORREÓN DE PUEBLA DE LILLO

León

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Un pequeño paraíso. En cualquier época del año. Sendas para adentrarse en la naturaleza a un paso de la ciudad. Paisajes espectaculares y decenas de lugares donde degustar la mejor gastronomía de la montaña.

Lillo es la capital del invierno. Y del resto del año. Sus rutas, señalizadas y sin pérdida, se pueden surcar en cualquier estación. También en pleno invierno, con los caminos cubiertos de nieve. Una buena opción para calzarse unas raquetas y dejarse envolver por un entorno de extraordinaria belleza.

No hay temor a perderse, las sendas están balizadas y los mapas y todas las indicaciones se facilitan en la Casa del Parque El Torreón de Puebla de Lillo.

Para quienes no quieren ir a esquiar a la estación de San Isidro, Lillo y su entorno ofrecen múltiples posibilidades, incluido el alto del Puerto de Las Señales, en donde puede hacerse esquí de travesía y paseos con raquetas de nieve, un lugar elegido por familias para deslizarse en trineo y disfrutar con la nieve al margen de las pistas de esquí.

También se puede pisar la ruta de un rey visigodo, el Camino de Wamba, una de las rutas milenarias que conectaba la Cordillera Cantábrica con la meseta y que permitió históricamente el intercambio comercial entre Asturias, León y Castilla. Una senda ideal para hacer en raquetas de nieve.

Una belleza inigualable espera en Isoba, en el río, los rápidos de agua y el lago. Un vestigio de la era glaciar que se puede tocar, llegar hasta la orilla para contemplar un paisaje arcaico.

En La Cervatina aguarda un increíble bosque de tejos centenarios, hayedos, robledales, valles con arroyos y una vieja ermita, la de Pegarúas, testigo de una antigua devoción. Una ruta que se puede hacer también sobre raquetas.

Cuando la nieve desaparezca de los caminos, a todas estas rutas se suma la de Las Biescas, que parte de Solle y se adentra en un profundo bosque de avellanos hasta llegar a los pies casi del Mampodre, una vista espectacular de uno de los macizos más imponentes de la provincia, que tiene también su propia ruta, desde el pueblo de Redipollos, entre vegas y bosques, entre pinares de repoblación y majadas que ascienden hasta el puerto pirenaico para descender por un impresionante desfiladero.

El sendero Entrevados-Valle del Pinzón, en Cofiñal, surca un paisaje de hayedos y colladas, permite echar un vistazo a la belleza del Lago Isoba, se adentra en las cascadas heladas del río y busca la salida por un desfiladero para sortear abedules, hayas, robles y acebos.

Para quienes buscan una experiencia a la luz de la luna, en sanisidro.net dan información sobre rutas nocturnas en raquetas de nieve en grupo y con guías por el entorno de la estación de esquí (facilitan todo el equipo necesario). Una forma de disfrutar de una aventura sin riesgos.

Nada mejor después de una buena ruta que sentarse a la mesa para degustar lo mejor de la gastronomía de León, cocina de montaña sabrosa y contundente que alimenta cuerpo y espíritu. Un buen plan para salir del asfalto y dejar que el tiempo se detenga en plena naturaleza. Respirar, sentir, vivir.

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