Diario de León

Las 'manzanas podridas' del vecino yanqui

El corresponsal de Efe en Los Ángeles, Javier Romualdo, arroja luz sobre el conflicto que desató el trágico asesinato de George Floyd en Mineápolis. La oleada de violencia en las calles estadounidenses ha dado la vuelta al mundo, pero tan sólo se trata de una parte de la realidad que ha sido capaz de eclipsar las multitudinarias protestas pacíficas en contra de la brutalidad policial basada en prejuicios raciales

Una rodilla en el suelo para pedir perdón a EE.UU. ETIENNE LAURENT

Una rodilla en el suelo para pedir perdón a EE.UU. ETIENNE LAURENT

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Cinco helicópteros sobrevuelan el cielo, el sonar de las sirenas no cesa y los negocios que se atisban desde la ventana permanecen tapiados. La imagen que Javier Romualdo (Valladolid, 1996) contemplaba el pasado fin de semana se asemeja más a un escenario bélico que a la ciudad donde la guerra casi nunca escapa de la trinchera de los grandes estudios de cine. Sin embargo, ese panorama contrasta de manera impactante con lo que pudo ver el martes, ya entrado junio, en una de las manifestaciones pacíficas por la muerte de George Floyd y contra el racismo y la brutalidad policial. «La gente regalaba agua, comida y mascarillas, los policías dialogaban con los organizadores e incluso se arrodillaron juntos en apoyo a la causa. Eso también está sucediendo en Estados Unidos», afirma este joven periodista castellano y leonés, que ejerce allí como corresponsal de la Agencia Efe desde hace dos años.

Romualdo comenzó su andanza norteamericana en Washington DC, cubriendo sobre todo informaciones políticas y temas sociales, como la inmigración. Hace unos meses fue destinado a Los Ángeles, donde el grueso de las noticias lo acapara Hollywood y el mundo cultural. Aunque la trágica muerte de Floyd ha cambiado su agenda informativa por completo. Ahora pasa los días recorriendo las manifestaciones, en primera línea de fuego, para arrojar algo de luz sobre todo lo que sucede. «Aún resonaban dos muertes de afroamericanos que se habían producido este 2020, y tras lo de Floyd las protestas se extendieron rápidamente con una tensión enorme que explotó en una ola de violencia que hacía décadas que no se veía, aunque la situación se ha ido calmando» en esta última semana, describe.

El periodista Javier Romualdo entrevista a un manifestante en las protestas. DL

Estas últimas aglomeraciones han sido «más multitudinarias y pacíficas» que las de la semana anterior, cuando la población salió a la calle en masa para protestar por el asesinato de Floyd, acometido por un agente de policía de Mineápolis que con su rodilla provocó la asfixia del afroamericano. El FBI dijo entonces que este caso era de su máxima prioridad y el fiscal de Minesota pidió no acelerar el proceso. «Una segunda autopsia ha determinado que, efectivamente, la muerte fue por asfixia, algo que el informe de las autoridades dejaba más difuso. Hasta hace poco sólo estaba detenido el policía que le asfixió, y la detención de los otros tres agentes envueltos se produjo la noche del 4 de junio», informa Romualdo.

Doble cara

Estas reyertas, que han dado la vuelta al mundo viralizándose en redes sociales con los contenidos más agresivos, son sólo una cara de la realidad. «Hay bandas que aprovechan las manifestaciones para saquear comercios cercanos. Las televisiones de Estados Unidos utilizan mucho los helicópteros y el domingo estuvieron siguiendo los coches de gente que destrozaba locales mientras otros protestaban sin altercados unas calles más atrás. Al final se mezcló una cosa con la otra y volvieron los disturbios», lamenta el periodista, que, a pesar de todo, confirma que «el miedo no está latente». Lo que sí se percibe es «cierta frustración» entre los manifestantes.

Protestas en Los Ángeles. ETIENNE LAURENT

«Cuando ven que soy de prensa me dicen ‘esto no lo mostráis, sólo los saqueos’. Nosotros intentamos contar todo, también hay personas que se molestan si enseñamos algo pacífico». Como, por ejemplo, las escenas de ese martes 2 de junio, cuando el alcalde de Los Ángeles y varios policías se arrodillaron en un minuto de silenciofrente al Ayuntamiento, una protesta solidaria que se extendió a Nueva York, Miami… «Pero claro, la imagen de un local roto o un coche en llamas es muy potente. Hay escenas muy fuertes de agresiones civiles, también de policías haciendo un uso de la fuerza desproporcionado, y muchísimas sacadas de contexto. Para trabajar con rigor lleva casi más tiempo verificar cada imagen que recabar nueva información», destaca el corresponsal.

Varios muertos

Javier Romualdo no puede bajar la guardia y, afrontando sus deberes sin temor y con gran profesionalidad, debe «evitar las zonas conflictivas» y ser perspicaz para saber «cuando las cosas se van a poner feas». Porque son ya cinco muertos en apenas diez días desde que se iniciaron los conflictos. En Detroit murió un joven al que le dispararon cuando estaba dentro de un coche. «No se sabe si fue por las protestas o hubo otro motivo», matiza el de Efe, que revela el fallecimiento de otros dos varones en Indianápolis «en circunstancias parecidas, y otros dos en Saint Louis y Louisville».

Ante tan desolador panorama, ¿qué ha hecho el polémico presidente estadounidense? «Hay un mensaje que Trump publicó en Twitter y aún resuena: ‘Cuando comienza el saqueo, empieza el tiroteo’. Primero condenó la muerte de George Floyd y a continuación su discursó se volvió militarizante», indica Javier. Sus decisiones políticas siguieron la estela de sus tuits, ya que decidió sacar a la Guardia Nacional — las fuerzas militares— a las calles de quince Estados, y se llegó a decretar el toque de queda nocturno en 25 ciudades. «No sé si responsabilidad es la palabra exacta. El conflicto racial es constante en Estados Unidos, un problema estructural del país. La segregación racial terminó en 1965 y eso en términos históricosno es nada. Yo no he sido consciente de la tensión que existe hasta que me mude aquí», atestigua.

Protestas en California. ETIENNE LAURENT

A mayores, algo significativo que comenta es que desde hace un tiempo «los poderes han usado un lenguaje más agresivo, más incendiario» y ha vuelto a estallar ese clima de división. Y esta división podría desencadenar situaciones de racismo inversas —gente de color atacando a personas que no lo son—, aunque es un escenario que Romualdo no contempla ya que no es «una protesta de blancos contra negros o viceversa». «Se trata de un problema de brutalidad policial sobre la población basada en prejuicios raciales. Justo hace un mes entrevistaba a Kumail Nan jiani, un actor de origen pakistaní que me dijo que ‘en EE.UU. el color de piel influye en la manera en la que te relacionas con la policía’». Todo este contexto de rechazo, unido a una era en la que los políticos «ganan más dividiendo que uniendo», ha desencadenado que la sociedad estadounidense esté completamente «rota», concluye el vallisoletano.

Es probable que cuando el lector lea estas líneas, las hostilidades se hayan ido reduciendo en las calles, pero entre líneas seguirá latente la discriminación racial que quiebra al país, donde hasta el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca Robert O’Brien, ha hablado de «manzanas podridas» en la policía.

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