Diario de León

Las matriarcas de la bata se empoderan

La fotógrafa palentina Lucía Herrero homenajea a las abuelas y a la prenda icónica que durante décadas han vestido en el proyecto ‘Tributo a la Bata’, que sigue vivo

Mujeres de un pequeño pueblo de Palencia protagonizan todo un homenaje a la bata. LUCÍA HERRERO

Mujeres de un pequeño pueblo de Palencia protagonizan todo un homenaje a la bata. LUCÍA HERRERO

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Constancia, Resu, Conchi, Nati, Maruja y Tiste, seis mujeres mayores de Villarmienzo, un pequeño pueblo de Palencia, iluminan el proyecto ‘Tributo a la Bata’ con el que la fotógrafa Lucía Herrero homenajea a las matriarcas y la prenda icónica que durante décadas han vestido, la bata, ambas «en peligro de extinción».

‘Tributo a la bata’ ha ido añadiendo capítulos en otros puntos de la geografía española y estos días las «super mujeres en bata» están más de moda que nunca. Y es que, como explica Lucía Herrero en una entrevista con Efe, «después de la cuarentena y todo lo que hemos vivido, la tercera edad ha cobrado mucha importancia».

«Hemos temido por la vida de nuestros padres y abuelos», continúa. Y quizá por eso estas imágenes llenas de vitalidad, humor y luz se han convertido en el contrapunto perfecto a la penumbra del confinamiento y se reproducen en las redes sociales despertando de nuevo a esas matriarcas de generaciones pasadas que fueron «criadas para criar y cuidar». «Mi estudio gira en torno a la bata, una prenda icónica, y las mujeres con bata, que están en peligro de extinción, la señora y la bata», asegura Herrero, que ha buscado con cada instantánea a «la mujer que hay detrás de la bata», una mujer que pertenece a una sociedad patriarcal y a una generación a punto de desaparecer.

Explica que se topó con el primer capítulo de este proyecto en la boda de su prima Isabel, en Villarmienzo, un pueblo de menos de 40 habitantes. Allí conoció a Constancia, «una mujer superbata, un alma inquieta, una poetisa que no tuvo acceso a la educación ni oportunidad para pensar en sus sueños», y se la guardó en la cabeza. Un año después volvió a Villarmienzo con su equipo y la ayuda de su tía Conchi que se convirtió en una de las modelos de sus fotos y le presentó al resto de mujeres, todas mayores de 80 años. «Las revolucioné», dice Lucía, porque son mujeres aparentemente serias, «que nunca han jugado, que no se lo han podido permitir, que tienen ánimo de ayudar y que están siempre contentas». Ahora busca apoyo en https://www.terraesplendida.com/portfolio-item/antropologia-fantast ica-a-fotografia-de-lucia-herrero/).

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