Diario de León

Médico en primera línea

Juan Carlos Fernández Blanco, de las urgencias a la pandemia

Juan Carlos Fernández Blanco en el box de emergencias del punto de vacunación del Palacio de Exposiciones. FERNANDO OTERO

Juan Carlos Fernández Blanco en el box de emergencias del punto de vacunación del Palacio de Exposiciones. FERNANDO OTERO

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León

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ana gaitero

LEÓN

Juan Carlos Fernández Blanco, lacianiego hijo de minero, lleva veintidós años ejerciendo la medicina, «diez rodando por la provincia». Actualmente, forma parte del equipo de emergencias de Atención Primaria en el área de salud de León y tiene su destino habitual en el ambulatorio José Aguado.

Con la pandemia su rutina diaria, el turno de tarde-noche en el centro de salud, se trastocó. Cuando la Gerencia de Atención Primaria solicitó personal voluntario para formar los equipos covid que tendrían que enfrentarse a la pandemia en las residencias de mayores fue uno de los primeros en alistarse.

«Vimos morir a muchos ancianos. La primera oleada fue horrible. No sabíamos a qué nos enfrentábamos», comenta un año después. Cuando se inició el proceso de vacunación en el Palacio de Exposiciones estrenó el puesto de emergencias que tiene como misión asegurar que cualquier incidencia con la vacunación sea atendida de manera inmediata y que coordina la doctora Charo Viloria.

El puesto cuenta con los materiales necesarios para atender una urgencia por choque anafiláctico, que es lo más grave que puede ocurrir con una vacuna aunque hasta ahora no se ha tenido que usar. Un monitor desfibrilador por si ocurre una parada cardiaca, aporte de oxígeno, aporte de fluidos y de adrenalina se completan con antiestamínicos y corticoides como tratamientos de choque. La normalidad ha presidido las vacunaciones desde que el 16 de febrero se abrió el Palacio de Exposiciones como punto de vacunación para el área de salud de León.

Lo más reseñable, apunta, «son las ganas de la gente de vacunarse para acabar con esto y lo agradecidas» que quedan cuando reciben el pinchazo, comenta este médico,

«La urgencia siempre es imprevisible», señala este médico con gran experiencia en el terreno. Durante la pandemia las urgencias también han mutado. «Hemos tenido una disminución muy importante de la patología respiratoria por el uso de la mascarilla: ni gripes, ni resfriados, ni agudización de asmas, ni de patología pulmonar», explica.

Las llamadas telefónicas se han convertido en un canal de atención que ha llegado para quedarse. «Antes las llamadas eran raras, ahora es frecuente y se pueden atender muchas cosas», subraya. Patologías como las infecciones de orina, frecuentes en mujeres, o los dolores de muelas solventan fácilmente por teléfono. «Se activa la receta electrónica y ya está», señala.

Otra cosa es que alguien llame con un dolor en el pecho. «En ese caso les pedimos que acudan inmediatamente al servicio para hacer un electrocardiograma, tomar la tensión, etc.», apunta.

A pesar de permanecer en la primera línea desde el comienzo de la pandemia, ha tenido la suerte de ser uno de los profesionales sanitarios que no se ha contagiado del covid. Desde febrero tiene la inmunidad por la vacuna.

Juan Carlos Fernández Blanco ha dedicado una parte de su vocación médica al Ejército. Ahora es reservista en la UME. «No hice la mili y siempre me llamó la atención, así que me apunté como voluntario». En este periodo de colaboración con el Ejército le tocó estar al pie del cañón en dos incendios que no se olvidarán: el forestal de Castrocontrigo y el del edificio de Ordoño II del Ayuntamiento de León. «Y en maniobras, muchas veces», señala.

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