Eduardo Morán: «La mejor conectividad y la tienda 'online' multiplicarán las expectativas de negocio"

La pandemia ha puesto a prueba el sistema. En este cambio, el presidente de la Diputación, Eduardo Morán (Magaz de Abajo, 1963), advierte de que las mejoras en la conectividad y la tienda online «abren las puertas del mercado mundial» a los Productos de León.  

—¿Qué papel deben jugar los Productos de León para la recuperación económica?

—Un papel fundamental. El sector agroalimentario leonés aporta el 10% del PIB provincial y es una de las claves, no sólo de la economía de la provincia, sino también del mantenimiento de nuestro medio rural. Siempre hemos conocido la importancia de la industria agroalimentaria vinculada al sector agropecuario, pero durante el periodo de pandemia se ha evidenciado mucho más que estamos hablando de un servicio básico que debemos mimar para no perder ni capacidad de suministro, ni un activo económico de primer orden. Desde la Diputación llevamos casi 30 años con una marca en la que fuimos pioneros y hoy más que nunca se pone de manifiesto el acierto de aquella apuesta en la que tuvo mucho que ver quien ahora es responsable de esta área, el vicepresidente Matías Llorente.   

—¿Qué estrategias prevé para la marca?

—La feria es el escaparate principal que ofrecen todos los manjares de nuestra despensa cada año y es una línea que seguiremos reforzando. Las circunstancias nos obligaron a modificar algunos planteamientos con promociones puntuales en algunos puntos concretos del país, que también vamos a continuar realizando. Pero el foco principal está ahora orientado en la puesta en marcha de la tienda online. Ya hemos completado la adjudicación a la empresa que se encargará de este portal y en un tiempo muy breve podremos presentarlo. Esta incorporación al mercado electrónico va a suponer una revolución para los Productos de León y para el sector agroalimentario.      

—¿Qué camino deben tomar los sellos?

—En estos casi 30 años la provincia de León ha logrado convertirse en un referente de las marcas alimentarias de calidad y concentra, con 17 sellos, el mayor número de ellas en España, después de Navarra, y es una de las primeras en Europa. Además, se suman dos promotoras de figuras de calidad. Es un orgullo para León y para la Diputación contar con ello bajo el amparo de Productos de León. Es evidente que lo principal, la calidad de nuestra materia prima, es ya un hecho reconocido. Hemos avanzado mucho en cuestiones como la transformación industrial y la comercialización; dos campos en los que aún tenemos mucho margen de crecimiento y en los que debemos orientar los mayores esfuerzos para dotarlos de un valor añadido que nos permitirá afianzar la enorme pujanza del sector. 

—La internacionalización todavía es una línea por explorar para muchos. ¿De qué manera piensa favorecer esta promoción?

—Tenemos que dar a conocer nuestra despensa fuera de las fronteras nacionales. Los datos de las exportaciones durante un periodo tan complicado han evidenciado la fortaleza de la agroalimentación en la balanza comercial. Eso hay que mejorarlo y es uno de los motivos por los que estamos poniendo en marcha el mercado online.   

—El sector agroalimentario se cita como uno de los motores económicos de León, pero sus protagonistas critican la falta de apoyos. ¿En qué medida puede ayudar la Diputación a los pequeños productores?

—Ya lo estamos haciendo en el ámbito de nuestras competencias. Las ayudas a emprendedores en el medio rural han beneficiado desde su puesta en marcha a más de 1.500 proyectos, parte de los cuales se adscriben dentro del sector agroalimentario. Mantenemos líneas de apoyo financiero en áreas como la castañicultura, ganadería de vacuno de leche y ovino, fruticultura, apicultura… Hay una consultora que está trabajando en el ámbito agroalimentario para permitirnos un mejor aprovechamiento de las ayudas a la recuperación que van a llegar desde Europa. 

—¿Qué estrategias tienen pensadas para luchar contra la despoblación?

—Todas las medidas, todos los planes y todas las actuaciones de la Diputación van orientadas de forma tangencial a un único objetivo: revertir la perdida de población que nos atenaza. Tenemos que ofrecer a la gente que vive en los pueblos unos servicios equiparables a los de las ciudades. Eso afecta a todos las actividades, algunas tan básicas como la sanidad o la educación, competencias que están en manos de la Junta, a la que exigimos insistentemente avances en lugar de los recortes que hasta ahora están marcando sus políticas. Afecta a la llegada de internet al medio rural o a la prestación de un buen servicio de extinción de incendios. Estos dos últimos apartados son dos ejemplos de la línea de trabajo de este equipo de gobierno con el objetivo de que ningún pueblo se quede sin conexión a las nuevas tecnologías y que ningún vecino de la provincia quede desasistido ante un incendio. La Diputación dispone de un presupuesto anual de más de 140 millones y la inversión prevista en la provincia tras la recepción de los remanentes se eleva por encima de los 250. Cada céntimo va dirigida a acabar con la lacra de la despoblación. 

 —¿Cómo convencería a los que piensan en irse de que hay futuro en sus pueblos?

—Con la garantía de que en sus pueblos van a poder ir al médico si se ponen enfermos, que van a seguir teniendo una escuela a donde llevar a estudiar a sus hijos, que van a tener acceso telefónico e internet de calidad… Hay cuestiones que no están en manos de la Diputación, pero, como representante de los pueblos de esta provincia, exijo con toda contundencia a las administraciones competentes, sea la Junta o sea el Estado. Estamos volcados con el problema de la despoblación. Nos estamos jugando nuestro futuro.

—¿Qué estímulos caben para atraer nueva población a estas zonas que, durante la pandemia, se han mostrado atractivas?

—Tiene que ser un compendio de varias cosas en las que la colaboración de todos los sectores, administraciones, agentes sociales y políticos, tendremos que trabajar de forma conjunta. Cada uno en su campo, pero con la mirada puesta en el objetivo común de buscar el máximo desarrollo. En materia de vivienda, de nuevas tecnologías, en la búsqueda de proyectos empresariales que generen actividad y empleo… En definitiva, tenemos que transmitir entre todos la idea de que León es una provincia en la que merece la pena vivir, invertir. Una provincia a tener en cuenta. Por eso, y como he dicho en alguna ocasión, aunque yo no soy ni quien la propuso ni el coordinador de la Mesa por León, creo que esa es una buena iniciativa, pese a todos sus detractores, algunos de ellos miembros de la propia mesa. Que tengamos un órgano en el que analizar, debatir y presentar propuestas tiene que ser bueno por definición, a no ser que lo que se quiera es convertirlo en un arma de confrontación política. 

—¿Cuándo estará ese plan de banda ancha y qué cambios producirá para el sector?

—La conectividad del medio rural no es sólo un compromiso para el equipo de gobierno que presido, es una verdadera obsesión. Pese a todas las dificultades administrativas derivadas de la pandemia, se están dando los pasos necesarios y mantenemos la esperanza de que al final de mandato no quede ningún pueblo fuera de cobertura. Desde la Diputación se ha puesto en marcha un plan para instalar puntos wifi provisionales en 300 localidades. El Programa de Extensión de la Banda Ancha del Gobierno permitirá dar servicio de fibra óptica a 45.000 viviendas. Recientemente se inició el proceso de licitación para cubrir otra parte importante de la provincia y en el próximo mes saldrá una nueva licitación de 5G. En colaboración con la Junta, hay planes para la llegada de 100 megas a las escuelas rurales, un convenio para el acceso de 4G y otro entre las administraciones central y autonómica para dar acceso a internet a otras 60 localidades. Una vez finalizadas las actuaciones en marcha, que nos permitan disponer de un mapa real de la situación de la provincia, la Diputación actuará con la inversión suficiente, ya que hay previstos más de 6 millones, para atender a aquellos puntos dispersos que hubieran quedado fuera. Sólo hay que tener en cuenta que estas mejoras, unidas a la puesta en marcha de la venta electrónica de los Productos de León, nos abre las puertas a un mercado mundial y multiplica las expectativas de negocio. Es una oportunidad que no estamos dispuestos a perder.  

—El parque agroalimentario que lanzó como idea a principio de mandato, ¿sigue sin respuesta por parte de la Junta?

—Pienso seguir reclamándolo al más alto nivel posible. La última vez que lo hice fue en el pasado Día del Bierzo. Aprovechando la presencia del presidente Mañueco, le pedí públicamente que no se olvide de esa promesa de su antecesor Juan Vicente Herrera. Tanto la Junta como el Gobierno están a tiempo de incluir en sus presupuestos partidas para desarrollar el parque agroalimentario del Bierzo con la posibilidad, además, de recabar fondos europeos, lo que abriría la puerta a su financiación inmediata. 

—Los fondos para la recuperación y la resiliencia tienen en la comarca del Bierzo un reto. ¿Debe armarse esta nueva apuesta alrededor de la agroalimentación? ¿Qué proyectos conoce que puedan ayudar en esta línea?

—Es un reto para la comarca del Bierzo y para toda la provincia. Se está trabajando en la realización de posibles proyectos. Por el momento, las diputaciones no podrán ser beneficiarias directas de esos fondos, pero desde la Federación de Municipios y Provincias hemos cursado una petición formal para que se incluyan. En otros ámbitos conozco la existencia de proyectos pero nos encontramos en una fase en la que la discreción y la prudencia son dos factores claves para el éxito. Sé que en estas circunstancias es difícil pedirlo, pero debemos tener un poco de paciencia porque lo principal es hacer las cosas bien para que no se malogren. Estamos a tiempo y nuestro compromiso para mejorar esta provincia es firme y decidido.