Diario de León
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León

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ávaro soto

La salud mental es uno de los grandes asuntos contemporáneos, pero su abordaje no se está realizando desde el punto de vista correcto, cree el antropólogo y psicoterapeuta británico James Davies. Su libro ‘Sedados’ (Capitán Swing), que ha tenido un gran impacto en Reino Unido y que acaba de aparecer en España, propone que la mala salud mental se analice como la consecuencia de unas condiciones sociales, políticas y económicas «nocivas», en lugar de hacerlo desde un enfoque «económicamente productivo». «Definimos la ‘recuperación de la salud’ como la ‘vuelta al trabajo’ y promovemos intervenciones medicalizadas sumamente rentables para las farmacéuticas, pero que son un lastre para millones de personas», explica Davies. Así, desde 1980, en Reino Unido, ha crecido en un 500% el número de personas que toman medicamentos psiquiátricos, pero los problemas mentales no han dejado de aumentar.

Este experto asegura que «la visión mercantilizada de la salud mental ha despojado a nuestro sufrimiento de su significado y sentido más profundos». «Como resultado», continúa, «nuestro malestar ya no se percibe como una llamada de atención vital a favor de un cambio ni como nada que se pueda considerar potencialmente transformador o instructivo.

Al contrario, más bien se ha convertido en una ocasión más para la compraventa e industrias enteras han prosperado apoyándose en esta lógica». Opina Davies que las industrias cosmética, dietética, de la moda o farmacéutica sacan rendimiento proponiendo «un elixir» y comparten la misma filosofía consumista respecto al sufrimiento, en concreto, «que lo malsano no es la forma en que nos enseñan a interpretar y abordar nuestras dificultades (el envejecimiento, los traumas, la tristeza, la angustia o el duelo), sino el hecho mismo de sufrir, algo que el consumo bien orientado puede resolver.

El sufrimiento es el nuevo mal y el no consumir los ‘remedios’ adecuados, la nueva injusticia», dice.

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