Diario de León

Problemas oculares

La miopía, la otra epidemia

El confinamiento, la limitación de las relaciones sociales y del juego al aire libre aumentan el uso de los dispositivos móviles, que reduce la distancia a la que se ve el mundo a menos de metro y medio

León

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El creciente uso de las tecnologías con el confinamiento y el teletrabajo han aumentado los problemas oculares. Los oftalmólogos atienden cada vez más secuelas como ojos secos y anticipan un aumento de las miopías en los próximos años. Los menores tendrán en un futuro secuelas en su vista. El jefe del servicio de Oftalmología del Hospital de León, Manuel Franco Benito, alerta además que la mucosa conjuntival es una vía de entrada del virus, por lo que aconseja el uso de gafas para evitar contagios, sobre todo en personas que realicen un trabajo de cara al público. «Tal vez los pacientes que más han sufrido en los peores meses de la pandemia han sido los mayores que estaban en una residencia. El miedo a contraer la enfermedad o las lógicas precauciones por parte de los cuidadores o bien la política de aislamientos preventivos tras cualquier visita al Hospital supuso que ese grupo de pacientes perdiera más citas que el resto».

La mucosa conjuntival es una posible entrada de virus, por lo que hay que proteger los ojos con gafas

La telemedicina no fue, en esta especialidad, la tabla de salvación. «En nuestra especialidad, para tomar decisiones, dependemos fundamentalmente de imágenes y datos que han de tomarse con equipos que tienen cierta complejidad. Las consultas telefónicas se hicieron sólo en los días más críticos en los que estaba suspendida toda la actividad. La teleoftalmología —que funciona desde hace años para patologías como la diabetes entre nuestro servicio y la Atención Primaria de Santa María del Páramo— sólo puede funcionar si la administración apuesta por ella con la instalación de equipos que ahorrarán desplazamientos a los hospitales y harán más eficiente nuestro trabajo abandonando el modelo clásico de viajar para consulta, viajar para pruebas y viajar para resultados. Todo se podría hacer en un solo acto y con el paciente fuera del Hospital».

Daños colaterales

El virus del covid apenas ha provocado daños a nivel ocular. Sin embargo, la mucosa conjuntival es una de las posibles puertas de entrada al virus. «Por ello se recomendó el uso de protección ocular (gafas cerradas) para todo el personal sanitario, y en especial al que trabaja muy próximo a la cara de los pacientes como es nuestro caso. No podemos olvidar que el primer médico que falleció por esta enfermedad y que dio la voz de alarma fue el oftalmólogo chino de 34 años Li Wenliang», recuerda Franco Benito.

Los pacientes que más han sufrido el retraso de las consultas son los mayores que viven en residencias

Pero el distanciamiento y la reducción de actividades sociales sí tiene consecuencias en los ojos. «Ha aumentado la clínica relacionada con el ojo seco por culpa del ambiente de las casas, donde hemos tenido que pasar más horas, y donde la calefacción y el mayor uso de pantallas (tablet, ordenador y televisión) favorecen esta patología», sobre todo en los menores. «Los niños, por los inevitables cambios que se han adoptado en la enseñanza, han pasado a dedicar más horas a las pantallas. Por otra parte, se han perdido las actividades extraescolares y gran parte de la actividad al aire libre. Si a eso sumamos la cultura de uso excesivo de los móviles o videojuegos resulta que el mundo de los niños se está reduciendo a menos de un metro de sus ojos. La consecuencia de este cambio de modelo de actividad en la infancia que en gran medida está dejando atrás los espacios abiertos y el ejercicio físico es que el ojo, como cualquier órgano, se adapta a ver en las distancias próximas y por lo tanto se hace miope. Esta es la próxima epidemia (que ya está aquí) en nuestra infancia y juventud: la miopía. En países muy tecnificados como es Corea del Sur más del 90% de la población joven urbana es miope, una cifra que multiplica por 5 los datos de mediados del siglo pasado. Está demostrado que los espacios abiertos, el sol y el ejercicio físico en ambientes en los que la mirada está relajada, atendiendo a objetos lejanos, no anula la posibilidad de ser miope pero sí contribuye a que los niños lo sean en menor intensidad.

Veinte minutos

Para evitar la fatiga visual y descansar del enfoque prolongado a distancias próximas cuando se usa el ordenador se recomienda que cada 20 minutos dediquemos al menos 20 segundos a mirar al menos a 6 metros de distancia.

«Insisto en que inevitablemente nuestro modelo de actividad no sólo laboral sino también de ocio contribuye a que la miopía cada vez afecte a más población, especialmente a los niños. Lo mejor para su salud en general (y ahora no sólo hablamos de su salud visual) es que nunca se abandonen los juegos y el ejercicio en los espacios abiertos», asegura el jefe de Oftalmología del Hospital de León.

Salir al exterior y pasear, sin usar en ese tiempo ningún dispositivo digital, ayuda a mantener los ojos en un estado saludable tras los abusos de la tecnología durante el confinamiento, con el teletrabajo y las clases no presenciales.

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