Diario de León

Los organoides no son ciencia ficción

Pulmones, hígados y cerebros milimétricos fabricados en 3D son una revolución científica y sirven para estudiar enfermedades o para evaluar medicamentos

alberto zambrano (iscii)

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EFE

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Los organoides son versiones milimétricas de los órganos humanos que se fabrican, mediante métodos de cultivo celular, en los laboratorios. Estas estructuras en 3D sirven para estudiar enfermedades o para evaluar fármacos, una revolución científica que avanza desde 2008 a pasos agigantados. Pulmón, hígado, páncreas, intestino, próstata o cerebro son solo algunos de los órganos que ya tienen su diminuta réplica y, si bien todavía existen importantes limitaciones, los modelos son cada vez más complejos y los avances más significativos: «estamos viendo cosas que parecen ciencia ficción», relata a EFE el científico Alberto Zambrano. Experto en minipulmones artificiales, este investigador del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) de Madrid explica cómo se fabrican «in vitro» estas versiones miniaturizadas, para qué sirven y las principales barreras.

Los organoides son agregadores tridimensionales de células que reproducen la estructura y función del órgano nativo, y se producen principalmente a partir de células troncales (o células madre) embrionarias y de células troncales pluripotentes inducidas, que pueden autoorganizarse y crecer en esos cultivos 3D.

Las primeras se encuentran en el embrión y se obtienen justo después de la fecundación del óvulo —en el caso del equipo de Zambrano, el tejido celular que usan proviene de donaciones almacenadas en el biobanco de Granada—. Las segundas se adquieren a partir de células de un tejido concreto, como la piel, y luego se «reprograman» para lograr otros tipos. La característica principal de ambas es que son pluripotentes, es decir, que pueden convertirse en cualquier tipo de célula. Gracias a la avanzada tecnología y bioingeniería, los científicos pueden cultivar artificialmente una masa de estas células para crear organoides, de formas heterogéneas, entre ellas esferoides. Si bien los antecedentes hay que buscarlos en la década de los 80 y 90 cuando se logró avanzar en el campo de las células pluripotentes, los detalles del primer organoide se conocieron en 2008. Fue del córtex cerebral. Yoshiki Sasai y su equipo del Instituto de investigación Riken (Japón) publicaron en la revista Cell Stem Cell la formación autoorganizada de tejidos corticales a partir de células madre embrionarias.

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