Diario de León

OTRA VEZ 90

Chanel viaja al pasado para revivir los desfiles de los noventa en París, cuando las modelos eran adoradas desde una pasarela elevada a cuyos pies se agolpaban los fotógrafos. Un espectáculo a juego con la colección, llena de lentejuelas, bañadores, bikinis y minifaldas de colores

CHRISTOPHE PETIT TESSON

CHRISTOPHE PETIT TESSON

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León

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Queda claro que para la industria de la moda el covid es historia. Al menos de momento. Hay ganas de retomar la normalidad, el dinamismo, los días de colores y de sonrisas —que no quedan escondidas tras las mascarillas—, de minifaldas con aperturas hasta la cadera y vestidos estampados y vaporosos.

Chanel apuesta por el bañador blanco escotado sobre una camiseta de punto negra y cargado de largas cadenas como collares, combinado con las bailarinas bicolores de la casa, también en blanco y negro.

Diseños preparados para las tardes de cóctel en torno a la piscina: tops de los bikinis combinados con pantalones cortos tipo culotte, faldas largas abotonadas o minivestidos translúcidos.

El punto es el rey de la nueva colección, en minivestidos estampados con el logo de la firma, chaquetas rectas en un ‘tweed’ muy fluido, vestiditos y pantalones cortos de lentejuela y amplias americanas a modo de vestido. También para tejer varios estilismos veraniegos, como un jersey ancho combinado con una minifalda totalmente tejida con dibujos de ochos en los extremos en tonos rosa palo.

Reinan el violeta y el rosa chicle, dos de los colores de la próxima temporada según dicta la pasarela parisina, así como el binomio estrella de la marca: el blanco y el negro.

Chanel vuelve también a las prendas más minimalistas, que marcan la silueta con la ayuda de las líneas negras y añaden un punto gráfico, pero también para colorear varios ‘total looks’ en negro, como monos de pantalón largo y sin manga en piel y vestidos en vinilo con cortes asimétricos en torno a la cintura.

‘La Maison’ ha pulsado el botón de reinicio, volviendo a los desfiles de finales de los años 80 y 90, cuando las modelos se permitían el lujo de sonreír e interactuar con los invitados. Una muestra de alegría y naturalidad bastante escasa en esta industria.

TODO CON FRESCURA. La sucesora de Lagerfeld al frente de la marca, Virginie Viard, quien fuera su mano derecha durante casi tres décadas, ha aportado un tono más fresco a la casa aunque un tanto menos espectacular, sobre todo por sus montajes EL DESFILE EN PARÍS. Chanel tuvo que cambiar su escenario habitual por las obras de restauración del Grand Palais, el famoso edificio de techo acristalado que abre la avenida de los Campos Elíseos, e instaló sus desfiles en un palacio efímero junto a la Torre Eiffel

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