El Páramo se quedó sin danzas este año

No hubo danzantes, ni música de dulzaina y tamboril. El maldito bicho se llevó por delante dos de las fiestas más tradicionales y queridas por los vecinos en la comarca del Páramo. Ayer mismo debía haberse celebrado la fiesta del Voto en honor a la Virgen del Arrabal en Laguna de Negrillos. Lo mismo que sucedió el fin de semana anterior en Pobladura de Pelayo García con su celebración a la Virgen de las Angustias. Ambas tuvieron que suspenderse.

Las dos celebraciones tienen muchos puntos en común. En ambos casos se basan en una leyenda en la que la Virgen hace un milagro y a cambio, el pueblo entero, en señal de agradecimiento, le rinde homenaje cada año pidiéndole que guardase sus cosechas. Y lo hacen bailando ataviados con vistosos trajes blancos adornados con llamativos colores al son de la dulzaina, el tambor y las castañuelas, destacando también las bailas de paloteo.

Se trata de dos celebraciones de gran valor etnográfico que los estudiosos sitúan su origen en la época precristiana relacionadas con la lucha de fuerzas del Bien y el Mal con la llegada de la primavera, que con el paso de los siglos se han ido adaptando a las creencias de cada momento.

En Laguna de Negrillos cuentan que un obrero, realizando trabajos en la zona del Arrabal, al dar con el pico en el suelo se encontró con un objeto. Al descubrirlo vio que era la imagen de la Virgen, a la que llamaron con el nombre del lugar. Y ahí arrancó la fiesta y la veración a la Señora. En su honor se construyó una iglesia. La fiesta deberá esperar al año que viene.