Villaquilambre
El plan para potenciar el río Torío se centra en poner en valor 73 hectáreas
El documento se remitirá a la Junta en busca de subvenciones
La redacción del Plan Especial del Torío para salvaguardar, recuperar y potenciar el río y su entorno ya está concluido y se centra en la puesta en valor de 73 hectáreas entre las localidades de Villaobispo de las Regueras y Villamoros. El equipo redactor ha incluido en la reordenación de esa zona las instalaciones y actividades de ocio y recreo, además de otros usos culturales y deportivos.
Mantiene su carácter básico de espacio libre, estimulando su rentabilidad y aceptación social.
Además, preserva las características del paraje fluvial conservando la vegetación. El objetivo es acondicionar las riberas como lugar de paseo y recreo y aprovechar el cauce para actividades
de ocio. La idea municipal es que el Torío se convierta, en un lugar de esparcimiento asociado a la naturaleza.
El plan establece una zonificación principal con los usos agropecuario, deportivo, dotacional educativo, equipamientos, hotelero, recreativo y terciario, que busca poner en valor los terrenos degradados por usos indebidos en las últimas décadas. Por lo que han detectado, la mayoría de ese suelo se ha dedicado a uso educacional, agropecuario y zonas verdes.
La planificación, no obstante, está muy limitada por las áreas calificadas por la Confederación
Hidrográfica del Duero como zonas inundables. De hecho y según la Agencia de Protección Civil de la Junta, se identifican catorce episodios de inundaciones dentro del subtramo del área, el comprendido entre los 800 metros de anchura hasta el río.
La redacción del Plan Especial del río Torío se adjudicó en 21.175 euros y el documento se remitirá, tras la exposición pública, a la Junta en busca de subvenciones.
Junto con el plan para potenciar el río, el alcalde, Manuel García, se ha reunido en varias ocasiones con sus homólogos de Garrafe y Matallana para intentar aunar esfuerzos y ‘mancomunar’ servicios de estos ayuntamientos del Torío para reducir costes.
Quieren también potenciar sus recursos botánicos y faunísticos, además de crear un marchamo de calidad como pueblos de esa peculiar ribera, llamada «del olvido». Los tres ayuntamientos reúnen 36 pueblos y 21.000 vecinos. Quieren volver la vista hacia el río que baña sus tierras con la esperanza de impulsar proyectos ligados al medioambiente que generen empleo y fijen población.
La idea de echar mano a sus enormes recursos no ha acabado de cuajar. Los tres municipios se comprometieron hace tres años a realizar un plan conjunto de desarrollo económico para la zona que comparten en la ribera baja del río Torío. Era el primer paso para evitar la desertización y buscar vías para que exista trabajo, se den servicios y se asiente población.
Pensaron en recuperar la explotación de los montes hoy abandonados, apostar por una agricultura y ganadería ecológica y mostrar al mundo las bondades paisajísticas y de fauna que existen junto al río, pero no ha acabado de plasmarse en papel. Y eso a pesar de que los tres reconocen las posibilidades «del medio ambiente, la corriente de agua, las choperas, sebes y robles que forjan un valle tan singular».
Entienden que «hay que cambiar la cultura de la gente para que se decidan a crear trabajo».