Diario de León

León

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Presume la provincia leonesa, con razón, de albergar uno de los mejores ‘decorados’ naturales de todo el país. Una especie de paraíso terrenal dibujado no solo para los amantes del ocio al aire libre sino también para aquellos que buscan experiencias diferentes, muchas veces extremas, tanto en la montaña como en el agua.

Las posibilidades son múltiples y la seguridad, tanto personal como sanitaria, se ha redoblado aún en mayor medida. Rafting, hidrospeed, barranquismo o incluso espeleobarranquismo lideran el catálogo de actividades que pueden disfrutarse en diferentes poblaciones de León.

Empresas como Kayak Pico Azul se dedican desde hace años a organizarlas y promoverlas. Un escaparate de lujo que atrae cada vez a más turistas de dentro y fuera del país.

Conscientes de que el coronavirus obliga a extremar las precauciones, los profesionales de esta empresa cuentan con un estricto protocolo sanitario que se suma al que ya imponen en materia de seguridad de los usuarios. «No mezclamos grupos, la limpieza y desinfección de todo el material es exhaustiva, así como el uso de mascarillas antes y después de cada actividad.

El rafting se ha convertido en una de las pequeñas grandes aventuras que más demandan los clientes de este tipo de empresas. Kayak realiza la actividad tanto en el río Esla como en el Porma. «El Porma es un río más estrecho y más movido.

Las zonas de rápidos, olas y saltos son bastante continuas. La actividad ocupa unas dos horas y media para un trayecto de unos 7 kilómetros. De ese tiempo bajando el río se está aproximadamente una hora», señalan. En cuanto al Esla, dispone de zonas de aguas tranquilas y otras con rápidos.

«Es un río muy apropiado para realizar un rafting familiar (a partir de los 8 años) o con grupos de escolares. Las zonas de aguas más tranquilas permiten disfrutar de un entorno privilegiado con paisajes espectaculares. Aquí se pueden realizar dos descensos; uno de 13 kilómetros que tiene una duración de dos horas largas en el agua y otro más corto de 7 kilómetros en el que se están en el agua unos 60 minutos».

Pero con el paso del tiempo se han ido añadiendo otras modalidades diferentes aunque igual de emocionantes. Una de ellas es el hidrospeed. Surgió por la facilidad de aprender las técnicas para poder descender por un río de aguas bravas con un hidrotrineo. Las hay más tranquilas, si así lo prefieren, como las clásicas piraguas o el paddle sup.

Capítulo aparte merecen tanto el barranquismo como su versión más extrema por el interior de la cueva de Valporquero. La actividad comienza entrando por la zona turística de la cueva de Valporquero para en un momento dado desviarse a un nivel inferior donde el agua sigue formando la cueva y por el que en un recorrido algo superior al kilómetro nos hará atravesar interiormente la montaña. Una travesía que dura un mínimo de 4 horas.

Y si se prefiere descender rapelando por diferentes barrancos también existen múltiples posibilidades. «Hay varios barrancos que durante el verano cuentan con caudal suficiente para poder realizar una actividad refrescante. La duración de esta actividad va desde las 2 horas a las 5 de los barrancos más largos y complicados», remarcan.

Todas las modalidades están lideradas por guías profesionales de principio a fin.

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