Diario de León

«Hay que crear observatorios de muerte digna»

FERNANDO OTERO

FERNANDO OTERO

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ana gaitero

LEÓN

—¿Por qué decide involucrarse en DMD tras jubilarse?

—La jubilación llega de repente. Había pensado en ella y creía tenerla bien asumida y preparada. Pero, de la noche a la mañana, cesa tu ocupación. Quienes sólo han hecho ejercicio público, un buen día no tienen nada qué hacer, tras una actividad frenética. No me dejé invadir por el vacío y una de las cosas que hice fue implicarme con la asociación Derecho a Morir Dignamente, de la que tenía bastantes noticias. Esta organización, con una trayectoria de 36 años iniciada entre otros por el filósofo catalano-indú Salvador Pánikar, es un grupo plural representado en la mayoría de las provincias españolas, donde se desarrolla un intenso debate intelectual en torno a su objetivo principal: defender el derecho a morir sin sufrimiento así como a escoger libre y legalmente el momento de finalizar con ese padecer.

—¿Qué ha significado la aprobación de la Ley de Eutanasia en España después de varias décadas de debate enconado?

—Debate enconado, sí; pero también una gran aceptación por parte de la sociedad. Dadas las discordancias entre las cifras de aceptación y los resultados de las elecciones, se puede afirmar que entre los militantes y simpatizantes de las formaciones que no apoyan la prestación de ayuda para morir, inevitablemente hay muchos que no están de acuerdo en ello. También las encuestas muestran que un buen número de católicos practicantes la apoyan. Esta ley supone que tenemos a nuestro alcance un nuevo derecho, para que aquellas personas cuyo horizonte es solo la incapacidad y el dolor, puedan encontrar una respuesta, una vía legal y digna para acabar con esa situación. Un derecho no es una obligación; aquellos que no estén de acuerdo, simplemente pasen de largo. Pero es cruel e indecente dificultar el ejercicio del mismo a las personas que libre y razonadamente, y cumpliendo los requisitos que establece la ley, quieren acogerse a la ayuda para morir.

—Eutanasia significa buena muerte en su etimología griega. Sin embargo, la buena muerte o muerte digna ¿es algo más que la eutanasia?

—A cualquier persona que se le pregunte como le gustaría morir, y se atenga a responder, porque no todo el mundo se atreve a plantearse esa pregunta, la respuesta es siempre muy similar: morir en casa, sin dolor, en paz, rodeado de los seres queridos; sin prolongar de manera inútil una existencia sin sentido. Eso es una buena muerte. La realidad es otra: los fallecimientos se producen mayormente en los hospitales, a veces rodeados de maquinaria ruidosa, sin intimidad, sometidos a costosos y complejos tratamientos muchas veces sin objetivo claro. Eso es lo que hay que evitar.

—La ley regula la eutanasia para un número reducido de casos, ¿en qué hay que mejorar el tránsito de la vida a la muerte para la gran mayoría que no va a solicitar la eutanasia?

—Ciertamente, la eutanasia es una situación excepcional. La inmensa mayoría de la población no va a precisar de ello. Pero para mejorar ese paso que inevitablemente daremos todos, hay mucho que hacer. En primer lugar, progresar en los cuidados paliativos , insuficientes e infradotados. Que no son en absoluto opuestos a la eutanasia, como algunos plantean, sino complementarios. Pero los cuidados paliativos no siempre resuelven una situación de sufrimiento insoportable, ni de momento llegan a todo el mundo. En segundo lugar, crear observatorios de muerte digna; existen ya en Cataluña , Navarra y Asturias. Su finalidad es conocer el modo y circunstancias que concurren en el final de la vida, y velar por que se cumplan los derechos y se respeten los valores manifestados por las personas para ese final.

—Si alguien optara por solicitar la eutanasia en este momento en León, ¿qué condiciones tiene que cumplir?

—Como en cualquier otro lugar del Estado español, hay que ser mayor de edad, de nacionalidad española o residente de más de una año, estar en pleno uso de las facultades mentales en el momento de la solicitud, o haber redactado un Testamento Vital previamente. Padecer un sufrimiento insoportable o una enfermedad incapacitante. Debe estar informado acerca del pronóstico, de alternativas de tratamiento y de la posibildad de acceder a cuidados paliativos. En los talleres y charlas de DMD se explica esto con detalle.

—Las comunidades autónomas tienen un papel muy relevante en la garantía de este nuevo derecho. ¿Castilla y León ha cumplido todos los requisitos necesarios?

—Tras la aprobación de la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia (Lore) en el Parlamento Nacional el pasado 25 de marzo, las comunidades autónomas tenían la obligación de ponerla en marcha, y el primer paso era la constitución de la Comisión de Garantía y Evaluación (CGE), que en su labor de supervisión tiene la última palabra para autorizar o denegar el procedimiento de ayuda a morir. En Castilla y León se constituyó bastante pronto, unos tres meses después. Si bien su composición ha despertado recelos dado su conservadurismo y las opiniones públicas en contra de la Ley de alguno de sus miembros, se aplicó la prestación por primera vez a una persona enferma avanzada de ELA en Valladolid días atrás. Es una noticia esperanzadora acerca del curso de la Ley entre nosotros. Algunas personas han hecho llegar su felicitación a DMD.

En algunas comunidades, la ley está discurriendo de forma excelente, en Cataluña, País Vasco, Asturias; Valencia. Mientras que en Andalucía, Madrid, Extremadura todavía no tienen en funcionamiento sus CGE , provocando de manera innecesaria mucho dolor en personas que solicitan legítimamente la ayuda que ofrece la legislación .

—¿Qué papel tienen los grupos DMD en esta nueva fase?

—El mismo que ha tenido siempre: una labor de asesoramiento informativo en cuanto a derechos sanitarios, de información de los mismos en cuanto a ley de Autonomía del Paciente, de promoción del Testamento Vital y toma anticipada de decisiones, del derecho a recibir cuidados paliativos si se precisan. Y tras la aprobación de la Lore, informar y asesorar acerca de la misma, y velar en la medida de lo posible por su cumplimiento. En este contexto, a finales del próximo mes se inaugurará una exposición en la Fundación Sierra Pambley , titulada “La Muerte Digna Ilustrada”. Se trata de una exposición itinerante que está recorriendo el pais, constituida por cuadros realizados por diferentes artistas , alusivos a ese tema. En su transcurso, habrá una sesión de CineForum con proyección de cortos y posterior debate, una velada literaria en el Ateneo Varillas y una charla coloquio sobre Testamento Vital y sobre la Lore que serán anunciados y publicitados en breve .

-—¿Cuánto tiempo puede pasar, de acuerdo con los pasos legales, entre una petición de eutanasia y su materialización ?

—Son nueve etapas, que comienzan con la solicitud al médico responsable y finalizan con la supervisión de la CGE, pasando por un periodo deliberativo del paciente con su médico responsable y con el consultor. El proceso tiene una duración aproximada de cuarenta días desde que se inicia la solicitud. Es un plazo excesivo, a mi juicio, pero es lo que establece la ley. Y digo excesivo porque una persona que solicita prestación para morir, suele tenerlo muy meditado previamente y dilatar demasiado la realización puede incrementar el sufrimiento.

—¿Qué profesionales están autorizados a realizar la eutanasia? -¿Tiene que ser en medio hospitalario o puede ser en casa, residencia, etc.?

—Están autorizados aquellos profesionales sanitarios que tengan contacto con el paciente. Hasta donde conozco, al menos por el momento no se han diseñado equipos especiales para ello en nuestra comunidad. Personal médico y de enfermería puede realizarla tanto en hospitales como en el domicilio del paciente, que en ocasiones es una residencia asistida.

—¿Este derecho puede peligrar por la objeción de conciencia de los profesionales?

—No debería ser así, ya que la Lore tiene previsto que si el médico responsable es objetor, debe ser sustituido de inmediato por otro profesional que no lo sea. Sin embargo, es un temor fundamentado, visto lo que sucedió con la Ley del aborto, que la objeción de conciencia dificulte el adecuado desarrollo de la Lore. Según la misma, no puede objetar una institución entera, aunque ese ha sido el anuncio de algunos hospitales vinculados a órdenes religiosas. Iremos viendo como va transcurriendo el tema. De momento se tiene noticia de que algunos profesionales, tal vez por falta de formación o por desconocer qué hacer, se han declarado objetores.

—¿Existe un registro de objetores o será algo que puntualmente planteará el profesional?

—Hay un registro de objetores, estrictamente confidencial, previsto por la ley. Su objetivo es que los gestores puedan conocer ese dato y planificar así la prestación sanitaria, que ya ha entrado en la cartera de servicios en nuestro caso de Sacyl. La recomendación de DMD a los pacientes, es que antes de iniciar la solicitud, pregunten a su médico si es objetor; si lo fuera, deben buscar a otro, con la finalidad de no enlentecer el trámite.

—¿Hay una estimación del número o % de personas que podrían solicitar la eutanasia?-

—En los Paises Bajos, donde la eutanasia es legal desde hace 20 años, la estimación es de alrededor de un 4% de los fallecimientos cada año. Son pacientes con cánceres terminales o enfermedades neurodegenerativas en su mayoría. Este porcentaje no se ha visto incrementado, lo cual contradice la teoría de la ‘pendiente resbaladiza’ que esgrimen algunos detractores de la Lore.

—¿A una persona que no haya especificado en su testamento vital que optaría por la eutanasia en l as condiciones legales y no conserve sus facultades, ¿es posible aplicarle la eutanasia?

—Puede solicitarla la familia, previa declaración de incapacitación. También puede solicitarla su médico, en caso de que no haya familiares , si así lo considera oportuno. Está previsto en la Ley. Es más difícil, por su tramitación mas compleja, pero es posible.

—¿Los grupos de DMD hacen campaña para que la población haga su testamento vital. ¿Por qué es importante?

—Porque sin Testamento Vital o sin Documento de Voluntades Anticipadas, que es lo mismo, en caso de pérdida de facultades mentales es mucho más difícil la aplicación tanto de la Ley de Autonomía del paciente, que prevé el rechazo a tratamientos, como la Lore. Es una herramienta regulada por la Ley de Autonomía del Paciente, Ley 41/2002, tiene como objetivo procurar el cumplimiento de los deseos expresados anticipadamente por cualquier persona mayor de edad, capaz y libremente acerca de los cuidados que desea o no recibir en aquellos momentos en los que su situación física o psíquica le impida manifestarlos personalmente.

—¿El testamento vital hay que planteárselo en una etapa específica de la vida?

—Por supuesto, no. Personalmente creo que cuanto antes, mejor. El futuro es una incertidumbre y todos estamos expuestos a padecer situaciones de enfermedad o accidente, en los que nuestra capacidad de decidir puede ponerse en entredicho o ser totalmente nula. Tener registrado ese documento, es de gran e inestimable ayuda para que se cumpla nuestra voluntad, a la vez que de gran apoyo para allegados y para profesionales sanitarios. Ese testamento será un reflejo de cómo deseamos que sea nuestro final, los límites que queremos establecer para nuestro sufrimiento.

—Ignoramos la muerte en nuestra sociedad? ¿Por qué?

—Es una cuestión cultural, desde mi punto de vista. Aunque celebremos próximamente, y desde una óptica religiosa y no laica, el Día de los Difuntos, le damos la espalda a la muerte. Personalmente pienso que reflexionar acerca de la muerte y su inevitabilidad, nos ayuda a vivir mejor, a disfrutar de lo que tenemos y de lo cotidiano. Para no temerla ni que sea un estigma, para prepararla y asumirla con la misma dignidad que queremos para nuestra vida. Así, cuando llegue, estaremos en condiciones de recibirla procurando que no haya carencias ni dificultades.

—La medicina está para curar la enfermedad, pero cuando no se puede la medicina se tiene que poner al servicio de la mejor muerte para cualquier persona. ¿Se enseña esto en los planes de estudio?

—Dependiendo de las Facultades de Medicina, algunas tienen enseñanza de Bioética, que es donde cabría la reflexión sobre el tema. De cualquier modo, creo que es y ha sido una tarea docente no prioritaria. En los hospitales, los Comités de Bioética y los tutores de los MIR tienen también una labor importante al respecto. Afrontar la muerte, y no verla como un fracaso, es un deber de todo profesional sanitario para ayudar a sus pacientes de la manera más adecuada.

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