Diario de León

Una raza que mantuvo en pie al campo leonés

El entorno del castillo acoge el sábado

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La Feria de Febrero de Valencia de Don Juan nació en el año 1920 como una exposición ganadera el jueves y el viernes y de burros zamorano-leoneses el sábado y el domingo. Se trata de una raza muy apreciada entonces y hoy en peligro de extinción que el Ayuntamiento quiere poner en valor. Por ello ha organizado para el sábado a partir de las doce del mediodía un concurso-exposición que, con el castillo como impresionante decorado, contará con una treintena de ejemplares con la presencia de garañones, burras y buches de diversas ganaderías, principalmente llegadas de la provincia de Zamora, donde hoy se encuentra el santuario de la raza. El evento contará con una explicación histórica y morfológica.

Los zamorano-leoneses son una raza autóctona de burros que su tiempo de esplendor se asentó en la vega del Esla desde Mansilla de las Mulas hasta más abajo de Benavente y también en otras zonas de la provincia zamorana. Pero la llegada de los tractores, con tracción mecánica, más fuertes, rápido y cómodos, los fue desplazando.

Pero hubo un tiempo en el que estos animales, casi hasta mediados del siglo XX, eran muy apreciados por su desempeño en las labores del campo. Eran más rápidos que las vacas y bueyes. Especialmente cotizados estaban los sementales, los populares garañones, ‘de pata larga’, muy bien considerandos por para cubrir a la yeguas de cuyo cruce salían las mulas y mulos, aún más capaces para las labores agrícolas por su fortaleza para el arrastre y su mayor docilidad y manejo.

Así los garañones fueron capaces de saltar el charco y llegaron a América. También fueron utilizados como animales de carga en las guerras y en las minas.

Hoy la mayor parte de los ejemplares se encuentran en la provincia de Zamora (el 85%). En la de León apenas queda un 15%. La localidad zamorana de San Vitero acoge cada año una feria dedicada a la raza. Y Valencia de Don Juan quiere sumarse, en el marco de su feria de febrero, a ser también una cita marcada en el calendario que se celebre cada año.

Se trata de un guiño a la historia de la propia muestra y de la agricultura de la zona, pero también una manera de homenajear y de poner en valor una raza que actualmente corre serio riesgo de desaparecer con el desastre genético que ello siempre supone.

Valencia de Don Juan muestra, pues, este sábado algunos de los mejores de esta raza de burros que acompañaron al hombre en sus labores del campo.

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