La realidad del franquismo rural

alfonso garcía

Porque a eso estamos ya acostumbrados en este pueblo. A que unos hagan y otros callemos. Porque de hablar, uno no sabe qué pasaría. Mira…», dice Ezequiel, uno de los personajes de esta intensa novela. De tal forma que, como consecuencia que puede ampliarse casi sin límites, y la lección hay que aprenderla pronto, «las niñas que preguntan tanto por los ojos de la fiera acaban en la barriga del lobo». Dicho de otra forma, habla de la posguerra y de los abusos de los vencedores en «aquel pueblo cordobés perdido en el mapa». Ganadora del II Certamen Biblioteca Fundación Antonio Gala, Alma de cántaro es también «un relato polifónico que recrea los años de este período… Hay en estas páginas una voluntad de novelar el desamparo y la atmósfera asfixiante del franquismo, pero también de invocar el testimonio de aquellas mujeres que, como Piedad, fueron agentes silenciados de las penosas circunstancias que asolaron España tras el conflicto fratricida del 36». Y a fe que consigue sus propósitos. Y con creces.

Estremecedor en algunos momentos el relato «por el que desfilan viudas enlutadas, señoritos, maestros, civiles con tricornio y miembros de la resistencia refugiados en la sierra», muestra escenas diversas, distintos casos, historias repetidas de dolor, que, en su conjunto, consiguen dibujar un ambiente que define la realidad triste de la época.

Literariamente hay que anotar la abundancia de diálogos, siempre vivos, una prosa fresca y contundente, la creación precisa de atmósferas y ambientes, siempre los documentos y las transcripciones orales como sustento. El ritmo narrativo se hace progresivamente intenso, de notable plasticidad.