Diario de León

RESISTENCIA

Las crisis superadas en las granjas

Una gallina en una granja campera. jesús f. salvadores

Una gallina en una granja campera. jesús f. salvadores

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León

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El sector del huevo español muestra la capacidad de resiliencia ante adversidades como la covid-19 en una cadena cuyos eslabones se afanan cada día con vocación por sacar al mercado un producto básico de la compra, pocas veces valorado, que factura 788 millones de euros al año (datos estimados 2019).

Es una cadena compuesta por más de 1.300 granjas, 46 millones de gallinas ponedoras y 933 industrias de clasificación y procesado tras las cuales hay muchas historias de emprendimiento o de trabajo afanado en áreas como la sanidad animal y la calidad alimentaria de las que Efe ha recogido testimonios en este contexto. En Palas de Rey (Lugo), Rodrigo García, con 37 años, lleva la dirección comercial y el marketing de Granja Campomayor que nació hace 71 años o, lo que es lo mismo, cuatro generaciones que no han querido abandonar en ningún momento el negocio que con unas 300 gallinas ponedoras montó su bisabuelo.

Hoy, esta compañía familiar gestiona cerca de un millón de ponedoras, el 2,5 % del parque nacional, con negocio tanto en el huevo convencional como en el campero y ecológico, mantiene 75 empleos y tienen cerrado todo el ciclo productor, con fábrica de huevo pasteurizado incluido.

Su día a día lo pasa en granjas supervisando que los animales no presenten patologías o que las instalaciones cuentan con las condiciones necesarias para un correcto desenvolvimiento de la gallina y ahí entra estar pendiente de que se dispensa adecuadamente el alimento o de que las condiciones de luz son las idóneas.

También hace controles de salmonella u otras zoonosis para lo cual se toman periódicamente muestras de las heces en la granja que son analizadas.

Serezade asegura que se trata de un sector ganadero «muy tecnificado y preparado» en el que se incide «mucho» en la bioseguridad.

José Manuel Merino es el responsable de Calidad de la empresa avícola toledana Huevos Camar que tiene dos millones de gallinas, lo que le sitúa entre las tres principales del país.

La tecnificación es básica, con dos zonas de producción en la provincia en las que se puede palpar cómo esa tecnología está al servicio de la calidad y seguridad alimentaria.

Así, ambas granjas cuentan con sendos centros de clasificación anexos de tal forma que el huevo pasa por ese proceso inmediatamente tras la puesta gracias a una red de cintas transportadoras que es muy habitual en España pero no tanto en el extranjero.

Merino se encarga de supervisar que todo funciona a la perfección y es que en ese centro hay varias fases para asegurar que el huevo que llega al súper esté en las condiciones óptimas.Hay una primera fase de «premiraje» en la que los trabajadores inspeccionan visualmente los huevos para descartar los que están sucios o rotos a simple vista.

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