El reto de los pacientes reumáticos ante el covid

Carmen Tapia

LEÓN

Los tratamientos con inmunosupresores en pacientes con enfermedad reumática afectan, de manera desigual, a la eficacia de la vacuna contra el covid, tanto en el desarrollo de anticuerpos como en la formación de linfocitos T. Estas son las conclusiones de uno de los trabajos de investigación realizadas por Cristiana Sieiro, MIR del servicio de Reumatología.

Tratamientos biológicos

La investigación reconocida con el primer premio y una aportación económica de 300 euros estudia los Biological agents for rheumatic diseases in the outbreak of COVID-19: friend or foe?/ Agentes biológicos en el tratamiento de enfermedades reumáticas en la era covid: amigos o enemigos?, en el que se analiza la tasa de infección por covid-19 y la necesidad de ingreso en pacientes con enfermedades reumáticas que reciben terapia biológica comparado con la población general..

La inmunosupresión y la presencia de comorbilidades son factores de riesgo conocidos para infecciones graves, por lo que se podría pensar que las personas con enfermedad reumática pueden tener un más riesgo de covid-19 grave, hospitalización, complicaciones y muerte. «Sin embargo, se ha visto que el uso de tratamientos biológicos como los inhibidores de IL-6, IL-1 y los inhibidores de JAK pueden tener un efecto beneficio en el manejo de la tormenta de citoquinas que ocurre en formas más graves de covid-19».

Durante diciembre de 2019 y diciembre de 2020, ingresaron en el Hospital de León 4.464 personas con covid-19, 40 de los cuales tenían diagnosticada una enfermedad reumática. 820 pacientes recibieron tratamiento biológico, el 0.48% requirió ingreso y el 0.24% falleció por infección por SARS-CoV-2. La tasa de incidencia de ingreso por covid-19 en la población general fue del 3,6%, mientras que en el grupo de pacientes con terapia biológica fue del 0,48%.

«Concluimos en nuestro estudio que los pacientes con enfermedades reumáticas con formas más graves de covid-19 estaban en tratamiento con rituximab, recibiendo dosis diarias más altas de glucocorticoides y que fármacos como los inhibidores de IL-6 pueden proteger contra el covid-19. También hemos encontrado que los pacientes en tratamiento con fármacos biológicos no tienen un mayor riesgo de infección por SARS-CoV-2 ni un curso más grave de la enfermedad que la población general, además de identificar la edad avanzada, el tabaco, la hipertensión arterial y la enfermedad cardiovascular como factores de riesgo para una infección grave por SARS-CoV-2; siendo estos los mismos factores de riesgo identificados en la población general. La mayoría de los pacientes con enfermedades reumáticas que reciben tratamiento con terapias biológicas se recupera de enfermedad por covid-19 y no necesita ingreso hospitalario por patología grave».

La vacuna

El segundo estudio realizado por Cristiana Sieiro y premiado por el primer accésit y 100 euros de ayuda, es el titulado Immune responses to mRNA vaccines against SARS-CoV-2 in patients with immune-mediated inflammatory rheumatic diseases/ Respuestas inmunes a las vacunas de ARNm contra el SARS-CoV2 en pacientes con enfermedades reumáticas, un trabajo desarrollado en colaboración con el servicio de Inmunología, bajo la supervisión de García Ruiz de Morales.

Los pacientes inmunodeprimidos fueron excluidos de los ensayos de fase III de las vacunas de ARNm por lo que, hay poca información disponible sobre las respuestas de estas vacunas en pacientes con enfermedades reumáticas. Sin embargo, varios factores como la edad avanzada, el uso de dosis altas de glucocorticoides, una alta carga inflamatoria y el uso de terapias inmunosupresoras se han asociado con menores respuestas a las vacunas convencionales.

«En este estudio evaluamos las respuestas humorales y celulares (CD4 y CD8) en pacientes con enfermedades reumáticas que reciben tratamiento inmunosupresor y las comparamos con las respuestas alcanzadas en pacientes con enfermedades reumáticas sin tratamiento inmunosupresor y la población sana además de identificar los tratamientos que afectan la inmunogenicidad de la vacuna. Nuestros resultados demuestran que los pacientes con enfermedades reumáticas a tratamiento con terapias inmunosupresoras tienen menores tasas de seroconversión, títulos de anticuerpos y respuestas celulares en comparación con el resto de pacientes. Además, identificamos las principales terapias que afectan las respuestas humorales y celulares en pacientes con enfermedades reumáticas. En el caso de la respuesta humoral (linfocitos B), tratamientos como el metotrexato, abatacept y tratamientos contra células B como el rituximab y belimumab afectan de forma significativa la respuesta a las vacunas sin embargo, las respuestas de células T se indujeron con éxito en la mayoría de los pacientes a tratamiento con estas terapias, lo que sugiere que la respuesta humoral se ve más afectada que la respuesta celular». El estudio identifica como factores de riesgo para una disminución de la respuesta a las vacunas la edad mayor a 65 años, una duración de la enfermedad superior a 10 años, el tratamiento con abatacept, la dosis acumulada de metotrexato y de glucocorticoides.

«Concluimos que la evaluación de respuestas celulares puede ser de interés para determinar la eficacia de las vacunas y destacamos la utilidad de dosis de refuerzo de la vacuna contra el covid-19 en pacientes inmunodeprimidos», asegura Cristiana Sieiro.

El jefe del servicio de Inmunología, José María García Ruiz de Morales, destaca que los pacientes con enfermedades en los que el sistema inmune no funciona de forma adecuada reciben tratamientos inmunosupresores que, como efecto adverso no deseado, disminuyen la capacidad del sistema inmune para responder a infecciones naturales. «En colaboración con el servicio de Reumatología iniciamos en mayo de 2021 un estudio para evaluar si, además de aumentar la susceptibilidad a infecciones, los diferentes tratamientos inmunosupresores que recibían para su enfermedad reumatológica reducían la capacidad para responder adecuadamente a las nuevas vacunas de ARNm (Pfizer y Moderna). El estudio ha sido publicado recientemente en una revista de Reumatología de alto impacto científico. Fueron la base para iniciar precozmente la revacunación con la tercera dosis de esos y de otros pacientes y quizás la base para la inoculación mas temprana de una nueva dosis adicional de vacuna en este grupo». El estudio se está completando en pacientes con enfermedades hematológicas y en pacientes con enfermedades raras del grupo de las inmunodeficiencias primarias (aquellas que ocurren por defectos genéticos presentes ya desde el nacimiento y no debidas al uso de fármacos inmunosupresores). Todos estos resultados serán presentados en el congreso de la Sociedad Española de Inmunología que, organizado por la Unidad de Inmunología del Caule que se celebrará en León en el mes de septiembre.

La investigadora Cristiana Sieiro recuerda que el servicio de Reumatología del Hospital de León es el único de la Comunidad con una consulta monográfica de enfermedades autoinmunes sistémicas, que tiene como responsable la doctora Elvira Díez, jefa del servicio.

«El año pasado celebramos la VIII edición de nuestro simposio de enfermedades autoinmunes sistémicas, con la participación de varios expertos de referencia de la reumatología española con una amplia experiencia en enfermedades autoinmunes sistémicas. Enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, esclerosis sistémica, que pueden afectar a distintos órganos (pulmón, riñón, piel…) por lo que, la colaboración con otros servicios es fundamental».

Desde hace varios años, el servicio colabora en múltiples proyectos de investigación nacional e internacional, con el objetivo de potenciar el conocimiento de las patologías reumáticas inflamatorias. «Sin embargo, en los últimos años, el interés y esfuerzo de todos los miembros de nuestro equipo han sido determinantes para aumentar la calidad y número de proyectos además de garantizar su éxito».