Diario de León
Gerhard G. /Pixabay

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León

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La higiene personal y el cuidado de nuestra imagen son necesidades tan importantes como beber o comer. Desde el inicio de la humanidad, existe una tendencia hacia el cuidado de nuestro aspecto físico. Se considera algo necesario para tener éxito social, en definitiva, para mejorar la autoestima.

Para el cuidado de la piel las diferentes civilizaciones hemos usado y usamos ingredientes minerales, de origen animal, plantas y más recientemente productos químicos o de síntesis química.

A priori, estos últimos nos facilitan la vida y son inofensivos, vienen cargados de pruebas para demostrar sus bondades, pero el hecho es que hemos llegado a un punto en el que es tanta nuestra sobreexposición a ellos que se empiezan a manifestar en muchos de nosotros reacciones y respuestas negativas en nuestra piel.

Tenemos la posibilidad de utilizar alternativas para reducir esta sobreexposición echando mano de los recursos naturales de nuestro entorno, de la flora, usados ancestralmente para el cuidado de nuestra piel de forma empírica, basándose en usos tradicionales y conocimientos etnobotánicos.

Cada vez que pienso en elaborar una receta de cosmética, recuerdo mucho a mi abuela Alicia que me inculcó el amor y respeto por la naturaleza y sus grandes beneficios desde muy pequeña. Aún conservo imágenes de mi abuela en el patio de casa, en Cartagena de Indias, utilizando varias plantas para hacer sus productos de higiene diaria. Yo le preguntaba qué hacia y ella me respondía: «¿Ves la planta de aloe vera, la del totumo, el bonche y la matarratón?, con estas plantas elaboro ungüentos, cremas, jabones y aceites que nos vienen de maravilla, sin dudar».

En casa de mi abuela nunca vi detergentes para la ropa, porque ella misma los hacía. Por eso desde muy pequeña tengo interiorizado el respeto y aprovechamiento de todo lo que me ofrece mi entorno, y ahora aún más, ya que estoy inmersa en el maravilloso mundo de la cosmética natural artesana.

No hay que irse tan lejos o vivir en un lugar selvático para poder tener acceso a las grandes bondades que nos ofrecen las plantas aromáticas o de uso terapéutico, ya que en nuestros pueblos de toda la provincia de León existen un sinfín que podemos utilizar y adaptarlas según nuestras necesidades.

Plantas como la caléndula (‘la milagrosa’) de grandes beneficios dérmicos, la lavanda (antiinflamatoria, calmante y relajante), el romero (con propiedades tonificantes y energéticas para nuestra piel), la aloe vera (hidrata y suaviza la piel), la rosa mosqueta (potente regeneradora de piel), diente de león (propiedades antiinflamatorias), hipérico ( gran cicatrizante y regenerador de la piel), cola de caballo, laurel, ortiga, tomillo, manzanilla, malva, salvia, sauco, hierba buena… Todas son conocidas y nos ofrecen multitud de beneficios y bondades a nuestra piel.

Todas estas plantas, y muchas más, las podemos utilizar como ingredientes destacados en la elaboración de fitocosméticos, o lo que viene siendo la cosmetica natural artesana: jabones, cremas hidratantes y nutritivas, aceites de masaje, champús, acondicionadores de pelo, sales terapéuticas, desodorantes, pasta de dientes, colutorios, bálsamos labiales, maquillajes, etc.

La cosmética ha dependido siempre de los productos naturales. Sin plantas aromáticas, aceites esenciales, flores o frutos no existe tratamiento de belleza posible, una certeza que parecemos haber olvidado. Debemos tomar conciencia, control de nuestra salud y el de nuestra familia.

En nuestras manos está el poder cuidarnos naturalmente de forma práctica y muy sencilla. Creo firmemente en la naturaleza y sus múltiples beneficios, porque es parte de nosotros.

En cuanto comencemos a elaborar nuestros propios productos, algo mágico ocurrirá dentro de nosotros, y ya no podremos parar de pensar en formulaciones y recetas al ver sus grandes bondades para nuestra piel.

Naturkamo, escuela de cosmética

natural artesana de León

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