Diario de León

El sentido del humor de James Joyce

James Joyce, de cuya novela ‘Ulises’ se cumple este año el centenario de su publicación, fue un escritor cómico que tenía un gran sentido del humor, según Diego Garrido, el traductor de ‘James Joyce. Cuentos y prosas breves’ (Páginas de Espuma).

Imagen del escritor irlandés James Joyce

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Garrido compara al escritor irlandés con Cervantes por su humor, «aunque el autor del Quijote ha sido demasiadas veces asociado a los refranes o los diccionarios, lo mismo que le ha ocurrido a Joyce con su fama de ilegible».

«Se ha enfocado mal el talento de Joyce, porque se ha tendido a decir que sus méritos eran la dificultad y la ilegibilidad, lo que no es ninguna virtud, el valor que tiene son los momentos en que uno le comprende, que son muchos. Además, en este libro el lector se va a reír bastante», explica.

Los Cuentos y prosas breves se acaban de publicar y reúnen por primera vez en español en un solo volumen Las epifanías, El retrato de un artista, Dublineses, Giacomo Joyce y Finn’s Hotel, aparte de tres cuadernos de notas y fragmentos de un borrador del Retrato del artista adolescente.

«Este libro nos da una idea de cómo fue Joyce desde el principio hasta el final, cómo evolucionó, su estilo y su vida, en un solo vistazo y viene a ser como el reverso de las novelas», afirma el traductor.

El corazón son los cuentos de Dublineses, que a Garrido es el libro que mas le gusta de todos, «porque Joyce lo escribe cuando todavía no era famoso y aunque él era un hombre muy obsesivo, no se obsesionó porque tenía que terminarlo para dar de comer a su familia».

«Joyce tenía el problema de que cada vez que revisaba una galerada empezaba a añadir, y al final el texto se le iba de las manos y con Dublineses tuvo que acabarlo pronto y eso influyó positivamente», añade.

Lo que más le ha costado traducir ha sido el Finn’s Hotel, que es la que mas se parece a Finnegans Wake, porque ha tenido que sustituir los neologismos en inglés por otros en español, aunque aclara que los cuentos que aparecen en el libro no están escritos en el idioma del Finnegans Wake son mas sencillos.

Joyce inventó una lengua para el Finnegans Wake, una obra que «se puede traducir comprendiendo esa lengua y luego inventándose otra, pero no va a ser una traducción, sino una aproximación».

Para este joven traductor de 24 años, que cambió sus estudios de cine por la traducción y la literatura tras leer a Joyce, «empezar leyendo Ulises es el mayor error que comete la mayoría de la gente, porque habría que leer antes Dublineses o El retrato del artista y luego seguir con Ulises.

«Al leer Ulises primero hay que pensar lo que dijo Joyce de que cuando se despejase toda esta confusión critica puede ser el momento en que la gente entienda la obra como lo que es, una obra cómica», señala. En su apunte biográfico de Joyce, Diego Garrido escribe que fue el escritor mas vengativo junto a Dante de la historia de la literatura, en concreto con un amigo que se inventó que había desflorado a su mujer y otro que le disparó con una pistola para gastarle una broma.

«Se marchó de Irlanda bastante neurótico y dijo que escribiría una novela diez años después donde retrataría a su odiada Irlanda y sus enemigos, y justo diez años después publica el «Retrato del artista adolescente» pero considera que hay gente de la que no se ha vengado lo suficiente», afirma Garrido.

Entonces se pone a escribir el Ulises, entre Trieste, Zúrich y París, pero al final solo se venga de esos dos amigos y no de Irlanda, país al que fue queriendo más en la distancia.

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