Diario de León

La sostenibilidad, única vía de futuro

La Comunidad de Regantes del Páramo Bajo de León y Zamora, pionera en la modernización de regadíos y ahora en la implantación de energías renovables para ahorrar costes y contribuir al respeto al medio ambiente

León

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La Comunidad de Regantes del Páramo Bajo de León y Zamora agrupa en su seno 24.000 hectáreas, todas modernizadas, siendo pionera y un ejemplo del uso sostenible del agua como única salida a la agricultura del presente y el futuro. No hay otra.

Lo tienen tuvieron muy claro en su momento y los siguen teniendo diáfano hoy. Tanto es así que otra vez vuelven a ir por delante y hace apenas unos días fueron una de las primeras de la provincia de León en firmar con la Junta de Castilla y León un convenio para implantar en su territorio energías alternativas como la solar fotovoltaica para producir energía eléctrica limpia que, además, ayude a paliar los ingentes costes de la electricidad necesaria para hacer funcionar sus instalaciones de riego.

Pero ello significa que no existan grandes preocupaciones. Aunque este año se presenta con buenas expectativas de disponibilidad de agua, no siempre es así, ya que las sequías son cada vez más recurrentes debido al cambio climático. Por ello recuerdan al Gobierno encarnado en la Confederación Hidrográfica del Duero que aunque en la actualidad los campos dependientes de los embalses del Porma y Riaño —como es el caso— cuenta con agua suficiente, cuando se desarrollen todos los regadíos previstos, la situación será muy distinta. Estos dos pantanos pasarán a tener capacidad para que abastecer una única campaña de riego a diferencia de otros sistemas de España pensados para dar respuesta a dos anualidades. En este sentido demandan la realización de las infraestructuras previstas de regulación ya que ésta es una de las cuencas con menor de todo el país.

El agua, lo tienen claro, es un recurso preciado cuyo aprovechamiento —afirman— debe ser una de las mayores preocupaciones de cualquier Gobierno. Por ello, piden a las administraciones que acometan ya nuevas infraestructuras de almacenamiento que garanticen el futuro del campo como productor de alimentos y, por tanto, sector estratégico, como puso de manifiesto la pandemia de Coronavirus y, más recientemente, la guerra de Ucrania. «Tenemos los recursos y la capacidad de producir. No podemos, como país, no aprovecharlo», subrayan.

Recuerdan que los propios regantes han hecho ingentes esfuerzos inversores en la modernización y digitalización de sus explotaciones, precisamente para el ahorro y un uso más eficiente del agua. Por ello exigen que este recurso, el agua, debe estar garantizado, en lugar de primar dudosas corrientes ideológicas.

Hoy la Comunidad de Regantes del Páramo Bajo es un ejemplo de apuesta por la sostenibilidad. Pero al camino ha sido largo y no exento de obstáculos externos e internos. El primero, convencer a los propios regantes para acometer la modernización allá a principios del siglo XXI. Ser pioneros no siempre es fácil. Hacen falta muchas dosis de valentía para hipotecar toda una vida sin saber a ciencia cierta cuál sería el resultado final. Y las gentes de este sur de la provincia lo hicieron.

El mismo desarrollo de las obras tampoco fue un camino de rosas. Incluso hoy están peleando con el Estado para que se haga cargo de unas infraestructuras con gravísimas deficiencias que se pone n de manifiesto en los numerosos reventones.

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